Le mostraron las estrellas.
Le cantaron una improvisación.
Le dijeron guapa más de cien veces.
Y acabó por encaramarse al cristal de una botella, hasta haberla acabado más de mil veces.
Le dio por ir a la calle del olvido y entró en el bar de la desolación, se encontró allí el amor susurrando una vieja canción. Le pidió unas alas que le negó y saltó (sin alas) por la ventana de aquella taberna.
Aterrizó en un mar de huesos y dejó allí una cajita con incontables besos.
Corrió lejos sin piernas ni pies ni fuerzas hasta llegar a un laberinto.
Si sale de ahí encontrará la gasolina que necesita pa' volver a sentir...
No hay comentarios:
Publicar un comentario