domingo, 6 de noviembre de 2011

Te necesito

Cada uno de tus segundos.
Cada beso que viaja en el viento, cada recuerdo que vuela lejos en el tiempo.
Necesito ir contigo al fin del mundo y que me quieras en cada parada que hagamos en ese viaje al infinito.
Cada caricia en cada rincón, cada palabra que se esconde en los bosques.
Que me acompañes en los silencios oscuros, cuando se va la luz, cuando desaparecen las llamas de las velas, cuando me atormenta la soledad bajo mis párpados.
Que me lleves a lugares indómitos, hacia luces prohibidas. Que me cojas la mano y me repitas que puedo estar contigo, que tengo que estar contigo para siempre.
Y no querer soltarme nunca.
Que me ates con cuerdas fuertes a ti, aunque así pierda todo sentido tu nombre y tu ser.

Te necesito...




Libertad

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Un campo de dientes de león.

Le enseñaron los dientes.
Le mostraron las estrellas.
Le cantaron una improvisación.
Le dijeron guapa más de cien veces.

Y acabó por encaramarse al cristal de una botella, hasta haberla acabado más de mil veces.
Le dio por ir a la calle del olvido y entró en el bar de la desolación, se encontró allí el amor susurrando una vieja canción. Le pidió unas alas que le negó y saltó (sin alas) por la ventana de aquella taberna.
Aterrizó en un mar de huesos y dejó allí una cajita con incontables besos.
Corrió lejos sin piernas ni pies ni fuerzas hasta llegar a un laberinto.
Si sale de ahí encontrará la gasolina que necesita pa' volver a sentir...

jueves, 1 de septiembre de 2011

Que nadie me despierte....

Hoy no ha habido Luna, o al menos no ha venido a posarse en los cristales de mi ventana. Esta noche no ha sido eterna, no he soñado, no he sentido el roce de labios algunos.
Llevo unos días pensando en mi tiempo, lanzar todas las cajas por el cauce de algún río y saltar yo después ignorando el miedo a las alturas.
Estoy empezando a comprender lo que nunca pensé que comprendería, deseando una lobotomía en este cerebro que deja que me traicione el subconsciente. Comienzo a darme cuenta de los días y las noches están acabándose antes de tiempo. Tengo un reloj pegado al pecho que se esfuerza por marcar el tiempo hacia atrás. Tengo un reloj demasiado cerca de mi que quiere que acabe con esa heroína.
Canto en inglés y me despeño escaleras abajo, me quedo más lejos aún de mi llegada a la Luna.
Busco páginas cerradas y encuentro puertas vacías. Me duermo en cuadernos en blanco y me despierto en el suelo de esta habitación con vistas al mundo.
Me duelen los huesos de la espalda de no despertar.

No quiero que me pellizquen, si es una pesadilla, prefiero esto.

Ahora se alimenta de estrellas fugaces...

Ella es sólo una más, una "ella" más del montón.
Los días impares le da por destrozar su habitación y descomponer las palabras que un día compusieron su canción.
Ella se empeña en que la gente siga creyendo en el amor, mientras baila atada a la soledad.
Desfallece los días pares buscando por las noches un rayo de Sol, mientras se descompone en los bares. Le da por desnudarse en lugares ajenos y beberse los mares que otros diablos incendiaron, para que le quemen lengua y garganta.
Ella, se estremece con el ruido de una Harley y cuando el beso es sin color. Vive esperando a que vuelva el cometa Halley, allá por el año 86.
Cuentan de ella que tiene una alfombra rojo sangre y que duerme bajo un árbol sin hojas, dicen que un día perdió su color y ahora anda buscando de flor en flor....
Mientras otros hablan, ella cuenta verdades y se cree sus propias mentiras, a la vez que se despeña por su escalera a la Luna, hecha de cajones.

¿Cuándo remendaran sus cicatrices?
¿Cuanto tardará en secarse su corazón?
Preguntas de quienes no la conocen y no saben que tiene sangre embotellada, por si se le seca el corazón, e hilo y dedal en su baúl de los fracasos, por si se desgarra.

lunes, 15 de agosto de 2011

Buscando una sonrisa....en el espejo

Los días pasan y ella desvive los segundos desde que su alma dio al diablo sin pedir nada a cambio.
Se la dio un día con una noche eterna
Las Lunas pasan cada noche y ya no hablan entre ellas, ya no comparten penas ni mentiras, ya no comparten melancolías.
Los días que pasan no acaban de llegar.



La verdad desconoce los matices y la vida está hecha de matices.

miércoles, 29 de junio de 2011

Ese instante...

cuando empieza a rayar el sol en las persianas y se desvanecen todas las imágenes oníricas, como si de un agujero negro se tratara.
Ese instante en el que tu mente se empieza a alejar de tu cuerpo y, como si flotaras, planeas por la habitación sin querer ver tu cuerpo tendido, sin fuerzas,
sin sueños,
sin aliento,
sin sentido...

Ese espacio que se abre en el tiempo descansando lejos de las palabras que te hirieron, lejos de los sueños que jamás alcanzarás.
Es ese espacio en ese lugar cuando se pierde el sentido de los sonidos y dejas de escuchar.

Todo se pierde en un instante y, como los cristales de una copa, jamás volverán a su forma original.

miércoles, 4 de mayo de 2011

.

Sueña varias veces al día con poder ser ese trozo entre el suelo y el cielo que ese tal ame.
Sueña con un día en que sobre el sol y con una noche de luna llena y de cuerpos descompuestos al amanecer.
Sueña con lo más cruel.
Sueña con la gota de rocío más bella del alba.
Sueña con poder ser un día el pájaro que se arrancó sus plumas por medio del calor y vendió, de ese modo, su cuerpo al Sol.
Sueña con ser una maleta y viajar un día al inframundo con miles de etiquetas de sus viajes por el mundo.
Sueña con tener los huesos forrados de una piel tan fina que se transparente su corazón, para a ver si así se lo compra alguien, que no quiere vendérselo al amor.
Sueña con el desastre del mar reflejado en el cielo, y con un Sol que explota de tanto ver morir.
Sueña con poder cantar un día, con recuperar su voz.
Sueña con convertirse en ese beso que sabe a ron añejo.
Sueña con su cuerpo y que su piel viste su cuerpo.
Sueña con morir y despierta.

Pero no, no soñaba, no.

jueves, 7 de abril de 2011

Invítale a despeinarse...

Invítame a un paseo con los pies descalzos y aceptaré encantada, caminaremos hasta que las las piedras del camino nos laceren los pies y vayamos dejando tras de nosotros huellas de sangre por las que saber volver. Cuando dejemos de sentir el dolor punzante que antes nos palpitaba hasta en las sienes, entonces párate e invítame a dormir en la carretera más desierta mirando las estrellas y pensando en besarme (y yo en besarte) siempre con el temor intermitente de que unos faros confundidos nos deslumbren en nuestro camino a la muerte.
Y cuando despertemos, con la luz del ocaso del color de una naranja en verano amenazando nuestros corazones con más aire que sangre que bombear, invítame a desnudarme, yo te lo pediré despacio después cuando no tengamos lugar al que volver...

martes, 5 de abril de 2011

No tengo visión de Luna.

En silencio llueve lejos.
El altar en el que aprendimos a llorar queda ya tan atrás en el tiempo, que los grillos de las noches de verano han olvidado el color de mis alas, y no saben, ni sabrán, que no pueden volar tan remendadas, que no pueden con mi cuerpo, que se desgarran con la luz del Sol.
No lo sabrán jamás.
Después del ocaso, la Luz de la Luna va robando el color de las cosas que ilumina, dejando un paisaje en tonos grises, para que no sea yo la única que lo vea así...
Ardo y me consumo, dejando una nube de cenizas que tiñen de azul la Luna, siendo el único color en mi mirar...
Ven conmigo, acompáñame, haz de mi un ave fénix, y déjame que vuelva a renacer...
Cuando mi cuerpo empiece de nuevo a emerger cósele unas alas y que no se rompan con los amaneceres, que me hagan volar al ocaso...

martes, 15 de marzo de 2011

Azúcar.

-duerme, se deja mecer por su propia respiración, y sueña que está en otro mundo, en otro tiempo...

+mira su piel, acaricia cada uno de los huecos que ilumina el sol, y susurra "te quieros" al son de su respiración...

-sueña con el infinito a menudo, le aterra pensar en la fragilidad del tiempo... piensa en un final y tiembla...

+abraza su cuerpo desnudo, no tiembles, y besa cada uno de sus recovecos...

-tantas veces a soñado con no despertar de ese sueño en el que ahora cree estar, tantas veces a pensado en romper el cielo en trocitos pequeños y colarse en su lugar, quiere ser su luz, iluminar cada día sus amaneceres...

+se deshace en palabras bonitas cada día...


él la abraza y susurra al oído, no tengas miedo, estoy contigo.

domingo, 27 de febrero de 2011

Fase REM

Después de años en su busca, un día, de repente, cayó en un sueño del que ya nunca querría despertar.
Le costó menos entenderlo a él que a mí misma.
Siempre quise escapar a las ondas alfa y ahora sé que estoy atrapada en mi propia jaula.
Yo misma me encerré aquí y tiré la llave lejos, en un lugar al que él nunca podrá llegar, lejos de esta fase REM. Si él supiera que quiero volar lejos, en cualquier momento, él mismo me dejaría escapar aunque tuviera que desconectar su propio cerebro.
Entiende que estoy dentro de él, pero no quiere controlarme, y no quiere hacerme más grande, -sólo (quizá) más bonita, si cabe- dice su voz grave.
Yo me entretengo en el balanceo de la jaula y le cuento mis delirios que, aquí, dentro de su sueño, le parecen perfectos.
Ocurrió una vez que desaparecí, el despertó, yo que pensaba que aquello era eterno... Me pasé cientos de años esperando a que volviera a darme vida.
Me perdí su vida.
Y, hoy, ha vuelto, he vuelto, al principio no le reconocía, no me reconocí a mí misma, pero sí la jaula, esa jaula dorada, mi fase del día.
Le reconocí, rompió mi jaula y entró dentro -dijo que para quedarse- pero he vuelto a desaparecer...
Quizá me busque esta noche...






Permíteme sólo unos minutos y los estiraré cientos de noches.

jueves, 17 de febrero de 2011

Entiende que el principio es sólo una parte del final...

Y vuélvete del revés, elige un vestido por el que el viento se cuele a su antojo y suéltate el pelo. Deja que el viento desordene tus pestañas y que las lágrimas violen la ley de la gravedad.
Dale al mundo tus reflejos y deja de pensar en el qué dirán.
Regálate.
Enciende unos cuantos versos con un mechero y algún recuerdo bajo la luz de la Luna, que ya vendrá a apagarlos cualquier pareja que se enfríe en las lagunas muertas de la frivolidad.
Olvida el orden, los horarios, el dinero, las banderas, las pistolas, los telediarios, la trivialidad y mójate cuando llueve.
Aparta el paraguas para poder ver el cielo.
Comparte las sonrisas, los abrazos, las miradas, las caricias, los halagos y la complicidad.
Llora.
Sin temer que otros lloren.
Canta.
Sin miedo a desafinar.
Busca.
Los segundos que saltan por la ventana antes de que la primera gota de lluvia moje tu cara.
Quema.
Tu propio vestido sin quitártelo y salta por la ventana siendo esa estrella fugaz que cuando eras pequeña soñaste.
Y ríe a carcajadas en tu propio funeral.

martes, 8 de febrero de 2011

Desatino

Esconde los miedos en una esquina o debajo de una alfombra, allí dónde se acumule el polvo, se asusta al chocar con la fría lluvia que acomete todo lo que está fuera de sus pupilas y camina despacio.
Se ha acostumbrado a escribir en los espacios oscuros de las noche.
Se ha sometido a respirar despacio, piano, suave, pausado, sosegado, delicado, como las caricias de la luna. Las mismas que ya no recuerdan los trozos de piel de detrás de la oreja izquierda, el pedazo de justo a tres centímetros del ombligo, y el hueco dónde se esconde la sombra de los labios.
Pero prefirió mojarse a poner una barrera más entre el cielo y su cuerpo.
Le pasó una vez que se rompió hasta el estribo, se cayó desde muy alto. Entonces dejó de escuchar, perdió la voz y se le vendó toda la piel del cuerpo en sueños, como si se tratase de saliva, sin apenas darse cuenta.
Desde entonces se ha arrepentido de todas las revoluciones y los desfalcos de corazones. Se ató una bufanda blanca para ocultar los cardenales del delirio y empezó a caminar por la vida con sigilo y sin despropósitos que buscar.
Sucede que ahora, ya no encuentra el botón del desvarío ni sabe tampoco lo que es, y que ha perdido del todo el oeste guiándose por una precisa, en lugar de preciosa, brújula que le lleva a un único norte.
El punto que nunca querrá olvidar...pero tampoco recordar.

jueves, 3 de febrero de 2011

Como el resto de cuerpos que se niegan a bailar los lunes...

Pretendo quedarme en casa para siempre y dejarme morir en el sofá viendo cómo pasa mi vida ante el telediario de los días más grises.
Planeo no salir a pasear cuando llueve y si me obligan....llevaré paraguas, como el resto de cuerpos que se niegan a bailar los lunes.
Obligaré a todas las mañanas a amanecer sin luz y le entregaré mis sueños al olvido sin pedir más a cambio que un hueco en su almohada.
Me niego a intentar volar de nuevo, que el suelo es frío y la piel se me quiebra.

Decir que la lluvia me inspira será mentir, los sueños serán a partir de ahora metas factibles. Olvidaré las palabras que evoquen algo más que selección y almacenamiento en la memoria y empezaré a hablar de normas impuestas y leyes acordes a la realidad actual. No pretendo ser presentadora en el telediario de las mañanas, aún guardan alguna sonrisa en esas americanas, mientras sus televidentes fantasean con la ropa que llevarán de la mesa para abajo; pero sabré, con mis palabrerías insulsas, ingeniármelas para engañar a todos y convencer, incluso a la parte menos trágica de mí, de que he olvidado el gris y su inspiración y la manía de hablar con la luna...

sábado, 22 de enero de 2011

No tienes porqué sentirte mal.

El mundo se está despedazando, la tierra pronto será agua y tú, pobre de ti, nunca aprenderás a nadar. En la última resistencia de tu agonía olvidarás por completo las frases que apuntaste en aquel viejo cuaderno, y que tanto te hacían soñar. Llegará un día en que empezarán a caer rayos al agua y entonces tu cuerpo ahogado se quemará por fuera. Pero no te preocupes, llegará al fondo del mar y seguirá su curso el resto del mundo.
Quizá haya un terremoto en tu ciudad y tu cuerpo acabe sepultado bajo las paredes que un día olían tan bien a pintura fresca. En ese instante de la catástrofe tu respiración se volverá difícil, y en el último estertor sólo podrás oír los latidos apagándose de tu corazón.

Pero no tienes porqué sentirte mal.
Hoy el sol brilla y las bombillas no te queman la piel.

jueves, 13 de enero de 2011

Créeme.

Sé qué es lo peor para ti.
Que se te enreden las pesadillas en el pelo, en lugar de tus sueños.
Que se crucen en tu camino 13 gatos negro y ninguno se quede contigo.
Que en el último salto al vacío no puedas sentir el viento de libertad que agita los mares y las ramas de los árboles.

Y las palabras vacías que se cuelan en tu mente cada día, las que no corrompen nada, las palabras que no te hacen sentir, también son malas para ti.
Y las historias banales con final intrascendente.
Esas leyendas que olvidaron sus principios.
O como aquella historia que se perdió en el olvido de que quién la inventó...
Que pierdas los finales dementes, los versos oníricos de tu inconsciente.
Que transformes el desorden que guía tus pasos.
Que olvides volar en mitad de un salto.


Que no te encuentres en cualquier ciudad perdida.
Que entiendas el amor.
Que desfigures las musas por la razón.
Que te prohíban caminar por los tejados....
Que quiebre el tallo de aquella vieja flor.
Que no se salpiquen, nunca más, de tinta tus manos.
Que aprendas a besar como besan en las películas de acción.
Que la pluma olvide su sueño de volar, siempre, lejos de dónde está.
Que no llueva nunca más.
Que dejes escapar tus sueños a esconderse detrás de alguna nube, por encima de dónde tu puedes mirar. Y que te pases media vida buscando ese sueño (el que ya hace tiempo olvidaste, y que nunca sabrás encontrar). Y que el resto de tu vida, sin sueños, no te atrevas a dormir, a volar, a cantar, a llorar, a recordar ni olvidar...





Pero sé qué es lo mejor para ti.
Que te vuelvas loca. Loca por tus sueños. Y que en ellos te siga la locura (cerquita) por si se le ocurre a la razón prohibirte volar cuando caminas o llorar en los días de lluvia....

martes, 4 de enero de 2011

-Hace frío- suspiró...

Se encarama a las olas de vez en cuando intentando avistar algo que le haga pensar en el deshielo de su corazón. Pero los barcos que naufragan cerca de sus rocas no llevan marineros fogosos, llevan náufragos moribundos que claman unas horas más de sollozos y alcohol, de agonías y besos tuertos.Y ella se esconde en las cuevas del acantilado.

En las noches más oscuras, sus ojos alumbran como faros y evitan más naufragios que éstos, total, para nada, morirán de lujuria o de celos cualquier otro día.

-Yo preferiría morir de amor entre estas rocas. - Suspira y se desliza por las rocas de la pared, hasta el suelo.

Y poco a poco, sin saberlo, ella también va muriendo.


En sus días de sonambulismo, deambula por el pueblo sin un rumbo fijo mientras otros se ríen de ella y la tratan de loca, solo los niños comparten su callejeo errante. Ellos tampoco saben vivir con tanto frío en el corazón.
Un día en el que el Sol la cegó más que nunca, se encontró con los pies enarenados y notó algo desconocido en el corazón, como un mechero que intentase encenderse sin tener butano en su interior. Cuando, al llegar la noche, pudo ver de qué se trataba (pues sus ojos durante el día son tan ciegos como los de un topo). Esa visión la cautivó y fue como si le llegara butano al corazón, tanto, que sentía arder su cuerpo por dentro y sentía aún el doble de calor fuera. Se rasgó las ropas y corrió hacia el cuerpo que yacía sobre la arena. Esa noche sentía el placer del roce de cada grano de arena en sus pies y la belleza de cada estrella. La fría brisa de invierno le helaba la nuca y eso le hacía sentirse más viva. Corría y corría, creía correr tan deprisa que se sentía como en un sueño, sentía que nunca alcanzaría su meta.

Datos personales

Mi foto
Escribo todo lo que hay aquí cuando la niebla se apodera de mi mente y se desata la poca cordura que me queda. Cuando me grita el silencio, rompiéndome los tímpanos, que murió el viento en algún lejano acantilado preso del dolor de la lluvia en sus párpados.

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