miércoles, 23 de diciembre de 2015

Abrázame

Soy de las personas que abrazan.
Soy más de abrazos que de besos.
Mi sentido preferido es el tacto.
Me gusta sentir toda la otra persona al abrazar.
Sentir todo su cuerpo rodeándome, o todo mi cuerpo rodeando el suyo.
Sentir su pecho, sus huesos, los huecos que algún día rellenarán con golpes, o caricias. Sentir la respiración de la otra persona, su olor, sus músculos expandirse y contraerse.
Los abrazos crean intimidad, esa intimidad que confiere el contacto piel con piel, sentir la respiración de la otra persona, sentir los latidos del corazón ajeno, que parece tan cercano.
Así que abrázame.
Abrázame hasta que no quede nada de mí en mi cuerpo, hasta que mi cuerpo se pegue del todo a tu piel.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Escapar

No dejo de pensar en el día en que salí de allí, el día que perdí el miedo a temer y morí de miedo al volar.
Era un día con poco sol, amaneció la niebla embriagando la ciudad.
Escapé de allí, de aquellos brazos que no me apretaban lo suficientemente suave.
Salí de allí por la puerta, a pesar de las veces que me había planteado saltar por la ventana.
Me alejé de ti con el miedo agarrado todavía a mis talones y la lluvia mojándome las mejillas.
El olor de tu tabaco aún me quemaba en el pelo, recordándome las noches de soledad con tus recuerdos, no sé si me daba o me quitaba fuerzas para seguir huyendo.
La cuestión es que lo hice, salí de allí con la firmeza del que sabe que no va a volver.
Hice lo que tanto había pensado hacer.
Escapar.

016

martes, 24 de noviembre de 2015

Todo va bien

Los días y las noches se confunden a alta felicidad.
Te cuesta encontrar tus propias manos pensando en aquel que brilla más.
Los labios tergiversan las palabras encontradas buscando la que encuentre el final.
Caminamos sin rumbo fijo, pero a paso rápido, buscando encontrar algo que nos haga cambiar el sentido del dolor que sufrimos los días malos, y que nos haga cambiar también la culpa que nos trae la melancolía.
Así caminamos los que no sabemos lo que buscamos, vamos tan rápido que nos cuesta ver por dónde pisamos y a ti, a veces, te cuesta ver a quién pisas.
Pero no importa, todo va bien.
Y sonreímos.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Él tiene que ser

Él.
Tiene que saber volar. Puedo soportar que no sepa cantar y que, aún así, le guste hacerlo. Pero tiene que saber volar, y que lo haga de vez en cuando.
Tiene que saber bailar, no de la forma adecuada, tiene que saber dejarse llevar.
Puedo soportar que tenga miedos pero tiene que enfrentarse a alguno de ellos y que me enfrente a mí también a los miedos que escondo en los rincones más oscuros de los cajones olvidados.

Él tiene que ser.
Porque sino es él.
¿Quién va a ser?

lunes, 16 de noviembre de 2015

Canciones de amor.

Que no es por razones,
que es por canciones por lo que te quiero,
aquí.
Es por todas las canciones de amor,
del mundo.
Voy a gritarte al oído
todas esas canciones de amor,
muy cerca,
hasta que se te rompa el tímpano y te llegue al lado más izquierdo del corazón.
Quiero que,
como a mí,
te ensucien la sangre todas nuestras canciones de amor.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Entonces.

Cuando no me queden cielo ni espalda a la que aferrarme en el momento en que mis suspiros se quemen dejando cenizas en la piel.
Cuando mis pies no sepan guiarme a sus precipicios.
Cuando mis manos ya no se duerman de pensar en sus recovecos.
Cuando las sombras no se muevan en la noche.
Cuando la luz del Sol ya no me queme la piel dejando constelaciones de lunares.
Cuando deje de decirle al mundo que te quiero.
Cuando deje de decirte que te quiero.
Entonces,
y solo entonces
no habré dejado de quererte.
Cuando los días pasen lentos consumiéndose en algún cenicero lejano, como cigarrillos, abandonados.
Cuando la luz de la luna ya no entre a mi habitación.
Cuando los días ya no amanezcan en lugares lejanos.
Cuando mis brazos pierdan la fuerza en los abrazos.
Cuando deje de decirle al mundo que te quiero.
Cuando deje de decirte que te quiero.
Entonces,
 y solo entonces,
habré dejado de tenerte.

viernes, 6 de noviembre de 2015

Él y Ella.

Mírala, ahí.
Sentada.
Leyendo.
Ignorando el mundo con todas sus catástrofes.
En sus ojos yo también olvido al mundo.
Me olvido incluso a mí mismo.
Mírala, sabe que la espío y sonríe.
Me mira.
+ ¿Qué miras?
- Te miro a ti.
Se ríe y vuelve a su lectura. Se retuerce un mechón y se muerde los labios. Sé que piensa en mí. Piensa en cómo la miro, con el deseo de besarle hasta los miedos que guarda en sus huesos cansados. Con los años los dos hemos perdido cosas, incluso nos hemos perdido a nosotros mismos un par de veces y también el uno a la otra. Hemos vivido catástrofes naturales y hemos creado nosotros nuestras propias catástrofes. Hemos sobrevivido, el uno muy cerca de la otra. Hemos vivido, tanto, que nuestros cabellos ya no tienen el mismo color, nuestros ojos han perdido la fuerza y nuestros cuerpos están cansados incluso al levantarnos.
Sin embargo, la veo ahí, leyendo.
Y parece la misma que conocí hace ya tantos años.
En realidad todo ha cambiado, ni nosotros somos nosotros mismos, no somos los mismos.
Pero ella sigue curándome las cicatrices, aunque algunas sean fruto de las heridas que ella me hizo. Y yo sigo aquí, mirándola, como la primera vez que entramos a esta habitación. Y sigo queriendo hacerle el amor, aunque muramos los dos en el intento.
Mírala.
Leyendo.
Sabe que voy a besarla en cuanto cierre el libro.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Él y Él.

Al verle hablar puedo sentir que el mundo se detiene. Que con la fuerza de su sonrisa es capaz de parar el mundo por mí, para mí. Le miro y me pregunta.
+¿Entiendes?
Me he perdido en su mirada, me he perdido mirándole a él. Me habla de sus pasiones, necesita viajar, salir de aquí, recorrer el mundo, conocer otros lugares, otras personas, y yo sólo quiero conocerle a él.
Quiero verle cada mañana a él, sólo a él.
Yo viajaría a su cama cada día, visitando los rincones de su cuerpo a los que nadie ha dado nombre. Sin nombrarlos, sin prometer nada. Simplemente volviendo a los mismos lugares cada día, con caricias, con besos o con el pensamiento.
Quiero perderme en él.
Porque sin él, yo estoy perdido.
Y es diferente la forma en la que me pierdo en él de la forma en la que me pierdo sin él.
Tengo muy claro que podría vivir sin ti, pero yo ya no sería el mismo después de ti.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Ella y Ella.

La veo dormir, tranquila. Con su cabello infinito esparcido por la almohada y no quiero despertarla. Quiero arrullarme en su respiración. Quiero quedarme en este segundo para siempre.
No quiero irme.
No puedo dejarla vivir el día sola sin mí.
No puedo dejarla y quedarme sola todo el día. Tantas horas y segundos sin su respiración calmada cerca, me arriesgaría a que me absorbiera la banalidad de los días de diario. El temor a no volver a encontrarla. Y quedarme sola.
Sola sin ella.
Para ser yo, tenemos que ser las dos.
Mi cuerpo y su cuerpo, como dos cuerpos gemelos, dos personas que parecen hechas de la misma piel.
Me voy a quedar aquí todo el día. Cerca de ella. Muy cerca. Me voy a quedar cerca de su oreja, susurrándole muy despacio "no te vuelvas a ir". Me voy a quedar cerca de su cuello, viendo cómo se eriza su vello con la suave brisa que dejo escapar entre mis labios en los susurros en los que me desnudo. Bajo el volumen de mis palabras por miedo a que se despierte. Temo no ser capaz de gritárselo.
NO TE VUELVAS A IR.

sábado, 31 de octubre de 2015

Ella y Él.

Estoy hastiada de ti.
De tu mirada cansada los días de demasiado trabajo.
Estoy harta de tu calor
y de las caricias que no sabes dar.
Me agota tu voz de los lunes
y las cosas que no sabes hacer.
Odio tu indiferencia cuando hay demasiada gente.
A veces odio hasta tus manos.
Estoy harta de verte.
Y sin embargo....

jueves, 29 de octubre de 2015

Ella y Él. Ella y Ella. Él y Él. Él y Ella.

+ ... Joder
- Sí, jodamos...

...pero no como hermanos.
Quiero joderte sin hacerte daño, hasta que te vayas sin dejarme. Quiero que se tropiecen mis labios con tus labios y después se tropiece cada trocito de mi piel con los trozos de la tuya que van quedando sin ropa.
Quiero joderte despacio, pero con la prisa de los novatos. Quiero besarte con la urgencia con la que se besan los adolescentes. Quiero malgastar versos en tu culo y besos en tu cuello.
Quiero joderte hasta que te duela el corazón de verme. Quererte a tus espaldas y poder quererte de frente a tu mirada, adivinando en tus ojos el momento en que me dejarás besarte.
Quiero joderte hasta que entiendas que te quiero en las miradas que viajaban al suelo, en los "te entiendo" que decía bajito, en "tus llantos sobre mis hombros", hasta que entiendas que te quise desde la segunda vez que te vi pasando frente a mí con una sonrisa y tu olor, que no huele a nada que haya conocido antes, que huele a ti.
¡Joder! Quiero joderte hasta que me quieras.

+ ¿Qué?
- No, nada, que "te entiendo".

martes, 27 de octubre de 2015

Incertidumbre

Incertidumbre es la palabra que nos define.
Vivimos en tiempos inciertos. Vivimos de momentos efímeros que se enlazan entre ellos, sin saber muy bien cómo será el siguiente. Nos enorgullecemos de decir palabras como "siempre" o "jamás" Y nosotros mismos no sabemos lo que significan esas palabras, pero mucho menos sabemos lo que significarán esas palabras. Nos perdimos en su etimología.

Yo me perdí en todas las palabras que decías.
Tú te perdiste al soltarme la mano.
Al final,
por mucho que digamos,
por muchos pensamientos
que compartamos,
por muchos besos
que nos unan
y por muchas pieles
que desdeñemos.
El uno por la otra.
La otra por el uno.
La incertidumbre se me pega a los sueños
y a las alas,
ya vuelo raro,
ya vuelvo raro,
ya vuelvo menos.
Y tú desapareces.

Los siempre que dijiste

y los jamases que dije
yo
se confunden.
Los unos con los otros.
Los otros con los unos.
Certeros de su incertidumbre.

jueves, 22 de octubre de 2015

Miedo.

Los días y las noches corrían demasiado rápido sin él. Sin su calma mi mundo se desplomaba hacia el precipicio, como ocurría en los mapas antiguos.
Estúpida de mí, no sabía cómo parar el mundo.
No podía. Sólo cuando él aparecía. Entonces el mundo se detenía en todos los momentos perdidos y me sobraban horas para hablar y escucharle y besarle y que me calmara esta prisa que llevo dentro.
Pero cuando él no aparecía...
se me rompían las palabras,
se derretían las sábanas por su ausencia,
se quemaban mis manos de pensarle.

Y tuve miedo.

Era tan tonta que no entendía que el miedo también detenía el tiempo.
Y durante tanto tiempo tuve miedo, que no era consciente de los días que pasaban lento, días que para él fueron meses viviendo deprisa, alejándose se mí.


lunes, 19 de octubre de 2015

SomoS

Somos lo que somos por todo lo que hemos sido.
Somos estas personas que se pierden en calles llenas de gente debido a que, eventualmente encontramos un camino que decidimos seguir.
Somos lo que somos por lo que fuimos.
Somos ahora y no presente, nada de regalos que vinieron del pasado.
Falta de desarrollo del lóbulo frontal y mucho tiempo que quisimos "perder" nos ha llevado a donde estamos ahora.
A mí, me ha traído a esta habitación a medio vestir. Ni si quiera quiero saber a dónde te ha llevado a ti.
Pero tenlo claro, sino hubiéramos sido ayer.
El hoy se habría perdido para siempre.


FreeImages.com/Artist’s Charlotte Na.

sábado, 17 de octubre de 2015

Vidas presas


Así son nuestras vidas. Presas. Caminamos por las calles abarrotadas con los miedos atados a las piernas del otro, como eternos reos. Tus miedos me queman los tobillos al correr y los míos te atan fuerte los muslos abrasándote al volar.
Vivimos presos el uno del otro sin saber nunca donde empezó todo esto y mucho menos cuándo, cuándo acabará esta locura que nos incita a despensar y cambiar las luces por las noches a fuego lento.
Vivimos presos de la vida del otro de sus miedos y sus mentiras, de su realidad y su amor que no se cansa de apretar.


“FreeImages.com/Artist’s Pablo Herrera.”

martes, 6 de octubre de 2015

martes, 29 de septiembre de 2015

Quédate quieta

Quédate quieta. Donde estás.
Así no probarás el miedo ni el sabor de la infelicidad.
Quédate ahí. No te muevas.
No dejes que se acerque a ti o volverás a caer en su red de mentiras y su falta de porqués.
No le mires a los ojos.
Quédate quieta.
Ni siquiera pienses en respirar o los suspiros empezarán a inundar tu cuerpo y no habrá vuelta atrás.
Quédate quieta.
No te acerques a él.
Quédate ahí. Sin moverte.
No pruebes sus labios.
No te pierdas en su mirada.
No acaricies su mejilla
ni te pierdas en su barba.
Quédate quieta.
No dejes que te toque.
No permitas que te abrace suave.
No le sonrías.
Ni te enamores de su sonrisa.
No le huelas,
ni le hables.
Quédate quieta.
Quédate ahí.
Donde estás ahora.
No te muevas.
O te volverás a enamorar.



Promesas

Lo nuestro será como un libro de poemas,
con páginas de amor y desamor,
con páginas plagadas de vida
y páginas inundadas de muerte.
No te voy a decir dónde estoy en cada momento,
porque existen momentos
en los que ni siquiera yo misma sé dónde estoy.
No voy a ser hoy la misma
que fui ayer,
ni seré mañana
la misma de dentro de dos, tres o diez años.
No te voy a dar besos todos los días,
y habrá versos que quieras olvidar.
No te voy a prometer mis palabras.
Ni te voy a dar todas las noches de mi vida.
No te puedo prometer más futuro que mañana.
Ni puedo asegurarte que lo nuestro
sea un cuento de hadas.
No te voy a querer cerca todos los días.
Ni te garantizo un amor de película.
No puedo prometerte más lejos de este presente.
Ni tampoco que te vaya a querer siempre.
Pero sí puedo prometerte
que hoy te quiero y que
mañana te seguiré queriendo.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Miedos

Miedo a saltar.
Miedo a correr sin tener a dónde llegar.
Miedo a decidir.
Miedo a sonreír sin tus manos.
Miedo a las alturas.
Miedo a alejarme
o a quedarme demasiado cerca.


Miedo a las arañas.
Miedo a las palabras que duelen en el alma.
Miedo a crecer.
Miedo a creer que no tenemos otra opción.
Miedo a la oscuridad.
Miedo a tu libertad
o a mi libertad.





Pero el peor miedo es el miedo a quedarme quieta,
a que me lleve el tiempo a su jaula de metales brillantes.
Peor es el miedo al arrepentimiento por no haberlo decidido antes,
peor es el miedo a no haberme dejado llevar.


lunes, 21 de septiembre de 2015

Cuéntame.

Cuéntame.

Dime.
¿Quién te salvó del ayer?
Dime quién,
te salvó de los años que pasaste lejos de mi lado.
Dime si tenía fuego en la mirada,
o si estaba inundada.
Dime.
¿Cómo eran su alma?
¿Tenía fuego o solo agua?

Cuéntame.

Dime,

¿Quién?

¿Quién te salvó del ayer?





Imagen from freeimages

lunes, 14 de septiembre de 2015

Volverá el otoño.


Volverá como siempre.
Volverá como vuelven las cosas en las que nadie se para a pensar.
Volverá pronto. Y con su llegada se borrarán los sueños de una noche de verano.
Volverá el otoño, con sus brisas a desmano y sus hojas suicidas. Como sabiéndose un buen final para las cosas que nunca debieron durar demasiado.

Llegará de nuevo el otoño y desaparecerá el recuerdo de los besos que nunca debieron darse. Llevándose memorias de días felices.


Volverá el otoño a barrer con sus colores templados los restos del verano.
Volverá con sus lluvias frías, borrando maquillajes, maquillando las lágrimas.
Volverá, como ya lo ha hecho otras veces, con la libertad del que se siente impune.
Volverá y traerá consigo la nostalgia arrebatadora de años más libres.

Vendrá otra vez el otoño y se llevará con su llegada las cenizas de los amores de verano que ardieron demasiado pronto. Agitando los caminos de los infelices.





martes, 18 de agosto de 2015

La chica maravilla

Eso es lo que soy yo al principio de todo.

En el principio soy "La chica maravilla".
Al principio siempre soy
todo lo que tú quieres
y habías querido años atrás.
Y no es que lo diga yo,
no.
Lo dices tú.
- Eres maravillosa.
- Eres mi chica maravilla.
Pero entonces,
llega el tiempo como un viento fuerte.
Y arrasa con todos los castillos que construimos en el aire,
deja las ruinas.
Se acerca la soledad
y nos quedamos solos,
tú y yo.
Se queda la chica,
sin la maravilla.
Se queda la chica,
a solas con el chico.
Se queda mi yo más triste, el que queda debajo del maquillaje, el que queda después de las noches en vela. Se queda la chica que guarda lágrimas en su almohada.
La poesía que duele.
Ya no está la chica maravilla.


Y entonces,
comienza la batalla campal,
la guerra de nunca acabar.
Empieza el final.

Todo pasa cuando se va la chica maravilla.

lunes, 3 de agosto de 2015

Ensayo de la rabia

Me lo has arrebatado todo.
Me has arrebatado a esa persona por la que yo daría la Luna y volaría al Sol.
Me la arrebataste hace tiempo y ahora quieres llevarte sus recuerdos y dejar la casa vacía, dejar a las fotos sin sentido, que parezcan marcos vacíos, que se mueran por dentro sus libros hasta que pierdan todo el sentido.
Te he suplicado, te he temido, te he enfrentado y he perdido.
Desde que te la llevaste se me rompieron por dentro los huesos y perdí el centro de gravedad, no sabía cómo mantenerme en pie sin ella. Me la quitaste sin mediar palabra, sin escuchar mis argumentos, sin que ella pudiera si quiera despedirse. El caso es que pasamos tanto tiempo juntos que no llegué a pensar que algún día podría desaparecer de mi lado, desaparecer sin más. Sé que ella sí lo pensaba, me guardaba en fotos, en libros, en cajas escondidas, recogía sus recuerdos de sábanas y viajes en cartas escritas para nadie.
Y te la llevaste sin dejarla escribir si quiera el final.
Te la llevaste.
Se fue.
Me dejó solo.
Sin ella no funcionaba el mundo.
Y ahora.
Ahora ¿quieres llevarte también sus recuerdos?
Ahora, ¿quieres llevarte sus libros? ¿quieres dejar sus marcos vacíos, sus cajas vacías?

sábado, 1 de agosto de 2015

Me tienes ganada.

A veces siento que la magia se rompe en trocitos irreparables. Que me faltan piezas del puzzle. Que voy a salir corriendo o quizá volando por la ventana. Siento que me faltan ganas y que mi fuerza se va a deshacer de un momento a otro...
Pero entonces llegas tú, con tus pasos de soldado ganador y me pintas la sonrisa en el espejo. Me quemas los miedos y me acaricias hasta los huesos que he ido perdiendo con el paso del tiempo.

Y entonces, lo siento.
Te siento de nuevo.
Se me estremece hasta el bazo y olvido pensar. Me olvido de la pobreza del dinero y de los corazones y me concentro en tu latido. Tu latido lento que intenta calmar a mi latido apresurado. Y en esos momentos, durante los siglos que permanecemos abrazados, soy capaz de sentir la belleza del mundo arrullándome los sueños. Calmándome las miradas, encendiendo las luces en los lugares que me dan miedo.
Porque en esos momentos, me tienes ganada.


viernes, 31 de julio de 2015

Amor de verano.

Se enamoró de ella, de su sonrisa, de su mirada en las noches de felicidad.
Fue así desde la primera mirada que cruzaron, se enamoró de su risa, de su forma de bailar, de la brisa que levantaba al dejarse llevar.
Se enamoró de su sonrisa una y un millón de veces más.
Se enamoró de ella, al fin y al cabo, de su felicidad.
Quedó enganchado a sus cabellos que desprendían olor a noches de verano a atardeceres a medio fuego, a noches que no querían terminar.
Nada más verla, corrió pisando sus huellas.
Se enamoró de ella en las noches de calor, en los días de sol, en los tiempos fáciles, en los cielos estrellados, entre las sábanas de pasión.
Se enamoró de toda ella, de toda su ella fácil.
Y se vendió a ella sin pensar, sin teorizar en futuro, sin ahondar en sus tristezas, sin saber muy bien lo que vendría después. Sin quererlo saber.





martes, 21 de julio de 2015

Si fuéramos invencibles.

Si fuéramos invencibles sería más fácil saltar,
al vacío o simplemente saltar.
Si fuéramos invencibles, dejaríamos el miedo de lado
y hasta luego a la oscuridad.
Nos olvidaríamos de las noches vacías.
Nos olvidaríamos hasta de pensar.
Nos temerían los monstruos,
las hechiceras
de noches en vela
y los ladrones de identidad.
Si fuéramos invencibles,
nos temerían los osos salvajes
y las lechuzas que gobiernan las noches.
Si fuéramos invencibles yo no tendría miedo a volar
ni tú a las serpientes.
Si fuéramos invencibles seríamos más fuertes,
no temeríamos a la debilidad.
Si fuéramos invencibles, ni el miedo al propio miedo
nos haría temblar.
Si fuéramos invencibles nos amaríamos sin dolor,
sin pasión.
Si fuéramos invencibles quizás ni nos amaríamos.
Los besos perderían su valor
y los abrazos su calor.
Si tú fueras invencible
y yo no.
O si yo fuera invencible
sin ti.
Si fuéramos invencibles no necesitaríamos a nadie más.


Menos mal que los dos,

y yo
somos vencibles,
y ya hemos sido vencidos.

Hemos sido vencidos por el miedo y la oscuridad, por las guerras y hasta por la paz, nos venció el amor y el desamor, nos vencimos el uno a la otra y al revés. Hemos sido vencidos tantas veces que hemos perdido el deseo de ser invencibles.

sábado, 23 de mayo de 2015

No hemos inventado nada.

No hemos inventado nada pero crees que lo que vivimos es la primera vez que sucede en el mundo, que esta magia que sientes ahora no puede haberla sentido nadie más, porque tú crees que si todas las personas del mundo sintieran alguna vez en la vida esto que sientes ahora, esta inmensurable felicidad que sientes ahora mismo...

se pararía el tiempo.

Se pararía el mundo y se sacudiría la tierra entera con un escalofrío que nos contagiaría a todos, y se acabaría la guerra y la paz porque solo existiría la magia y este amor que te llena las oscuridades y no vacila al pensar en seguir.


Y es que piensas que lo que vivimos es la primera vez que sucede en el mundo, porque tú y sólo tú eres capaz de ver el brillo de las cosas pequeñas desde que inventamos esto y sólo desde entonces.

jueves, 30 de abril de 2015

Colores

- Los colores de una sombra son frágiles.
+ ¿De qué sombra?
- Los colores de tu sombra, por ejemplo, tiemblan, están a punto de romperse, de fundirse los unos con los otros sin sentido.
+ Mi sombra solo tiene un color, mi sombra es gris.

Y se fue.
Rompió la magia y apagó mis colores brillantes, me dejó solo en este mundo que antes vibraba de emoción y ahora está quieto, demasiado quieto; tan quieto que puedo sentir la tensión de antes del asesinato final.
Me destruiste sin premeditación, casi sin darte cuenta de que tu tormenta de realidad haría arder mi fantasía con tu relámpago mortal.

Con tu relámpago gris.

Llegó el gris, se quedó. 
Y con él, la quietud de la soledad, la soledad que se sentaba a mi lado a coserme los labios y los párpados, por si me atrevía a hablar con alguien, a mirar a alguien, o a besarte.
Ni siquiera en sueños. 
Porque no lo sabes, pero arruinaste también mis sueños. Mi mente se sumergió en el gris, te llevaste hasta los colores de mis sueños. Te llevaste los colores y con ellos los besos, los abrazos cálidos y las miradas de alcance medular.

- Los colores de una sombra son frágiles. Son tan frágiles que me hace temblar no volver a verlos.

domingo, 26 de abril de 2015

Quiero eso.


Luz a media asta, noches caminando sin metas claras, la felicidad en una instantánea. Quiero saber que estoy aquí, que estarás cerca de mí, allí donde esté.
Quiero ser la voz que te haga temblar, los labios que te hagan perder la cordura y la memoria, quiero ser los deseos que nunca quebrarán.
Quiero perder la memoria y reencontrarte a ti cada día.
Quiero silencios claros y luces que me apaguen los miedos a perder.

miércoles, 15 de abril de 2015

Hoja en blanco.

El cursor parpadeando en la hoja en blanco se despista con mis ganas de escribirte, por no poder hablarte y que me hables. Las palabras se atraviesan en mi garganta y me queman en los labios al salir mientras dudo entre salir corriendo de esta habitación o quedarme escribiéndote esta carta de adiós. Los días fueron duros sin ti, las noches a tu lado como hielos en el océano, parecieron no existir, se desvanecieron, se esfumaron en la inmensidad de nuestros terrores nocturnos.
Cuanto más te quería más deseaba odiarte para no sentir ese temblor que antes me hizo reír, que luego me haría llorar, que ahora me hace escribirte. No te culpo, pero te culpé, aunque la culpa no fue tuya ni mía, sabes bien que también me culpé. Llevo ya muchos meses en esta agonía y sólo hoy me he decidido a escribirte como hacía años que no te escribía, dudando de si alguna vez te llegarán estas palabras. Sólo por puro egoísmo, te escribo y te digo que sin ti ya nada es lo mismo. Que me faltan luces y palabras, que me faltan recuerdos compartidos de todo lo que un día vivimos.

Aún recuerdo cuando te conocí, y eso que ahora las canas ya se adueñan de mí, me sorprendiste paseando en un tiempo sin asfalto y semanas después de miradas encontradas bailamos, recuerdo que deseaste que se detuviera el tiempo, y yo te dije que cambiaras tu deseo por pasar el tiempo que te quedara conmigo. Quizá tenía que haber especificado más, sin embargo fue en aquel preciso instante, que nos miramos y supe, como en las historias de amor, que moriríamos juntos. 

Y aquí estoy, junto al ordenador que te enseñé a usar, cargado de fotos y recuerdos nuestros incluso de recuerdos de nuestros nietos, y junto a tu cuerpo que ya no parece guardar memoria alguna. Simplemente quiero que quede por escrito que lo intenté, intenté vivir sin ti, pero quizá ya soy demasiado mayor en este tiempo tan joven para disfrutar de la vida sin ti.


lunes, 13 de abril de 2015

Osadía

Por favor no olvides lo que fuimos ya años atrás.
Juventud quemando en la piel,
canciones que dolían en la garganta
y en el corazón,
amores fugaces
deshechos en noches de calor,
hervidos en las copas del desamor.




Fuimos cuerpos atrapados en instantáneas perdidas ya en la memoria, sonrisas llenas de vida e ingenuidad, fuimos la mitad de lo que somos ahora, la mitad de lo que nunca seremos, pero era la mitad buena, la mitad hecha de sueños alcanzables, de éxitos prorrogables, de besos que no parecían acabar.
Fuimos por entero la mitad que ahora aparece en noches de recuerdo, en tardes mirando fotos lejanas en el tiempo, fuimos la mitad que aflora algunos amaneceres de verano, la mitad que nos resistimos a enterrar, llena de errores, llena de benditos errores, de locura genuina sin pastillas ni tristezas que ocultar.
Osadía en un frasco pequeño, luces de colores, canciones desafinadas a coro y la vida era un sueño a descubrir, una terrible mentira que no comprendía.

domingo, 5 de abril de 2015

Te espero en la vereda que da a la puerta de atrás.

Llegaré antes, como siempre.
Retorciéndome los sueños y vendiéndote en los bares.
Me temblarán las piernas como antes, 
y el corazón por dentro, como siempre.
Pero no te diré nada de esto, 
te robaré un beso y seguiremos con lo nuestro.
Tú con tus canciones y yo con mis sueños,
mientras los dos caemos al suelo.

martes, 31 de marzo de 2015

Y sólo piensa en salir corriendo descalza para sentir el frío al apretarse la nieve bajo sus pies.


Salí de casa corriendo en busca de algo que me retuviera de aquellos pasos que me alejaban de la luz, de las luces de colores, de las sonrisas, de los abrazos cálidos, esperaba encontrar alguna piedra en mi canino que me hiciera tropezar en el sendero que me llevaba a la oscuridad y al frío sin olor a niebla, a la oscuridad falta de caricias y pasión, alguna piedra que detuviera aquellos pasos que se hacían más y más grandes a medida que avanzaba.
Y entonces apareció, como de la nada. Alguien empezó a correr a mi lado, alguien que daba pasos más grandes que yo y que se detenía para esperarme, en su camino hacia la autodestrucción, en mi camino hacia la autodestrucción.

Sin que nadie lo supiera nos destruimos juntos.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Noches atardecidas

Noches a medio hacer
se diluyen entre los recuerdos de las fotos que nunca hicimos,
e intento encontrar
explicaciones a los besos que dejas caer entre los huecos de mis clavículas.

sábado, 28 de febrero de 2015

El beso

Fue tan simple como arrollador.
Un beso a quemarropa en medio de la discusión.
Fue un beso suave a pesar del grito que se ahogó en él.
Una luz en la oscuridad.
Fue como la primera tormenta después de un seco verano,
un verso al beso.



miércoles, 25 de febrero de 2015

Conversación a las dos en un tren.

+ Todos necesitamos unas reglas para poder sobrevivir.
- Todos las necesitamos, para poder romperlas.
+ Yo te necesito a ti.
- Tú me quieres para volver a romperme.


lunes, 23 de febrero de 2015

Historia de la historia de lo que fueron por no llegar a serlo.

Esta es la historia de Él y Ella, dos personas perdidas en el mundo que se encontraron una noche a la que no le quedaban fuerzas ni estrellas, y se enamoraron sin que nada se interpusiera.
Eran dos.
Eran tan distintos que a veces les costaba encontrarse.

Él era como la luz del Sol, iluminaba cada lugar al que llegaba sólo con aparecer con su sonrisa fosforescente al estilo Cheshire.
Ella era su sombra.
Él era la alegría pura de las mañanas de Navidad,  el primer te quiero de una pareja, él era saltar en los charcos.
Ella era su sombra y veía únicamente las sombras del lugar que él iluminaba.
Él era la sonrisa de un niño, la canela, el primer mordisco de la fruta en verano.
Ella era la melancolía del alcohol y el silencio de los cementerios.

Él era la vida y ella era la sombra de la vida.
Y, sin embargo se querían.

Él la quería con ternura 
y con pasión, 
como un beso entre las piernas.
Ella le quería como un sueño lejano, 
como el último beso, 
y a veces 
le quería en blanco y negro.

Cuando estaban juntos ella se sentía segura y se veía brillante bajo la luz de la sonrisa de él. Y él brillaba más que nunca, incluso desprendía calor. Eran como un Sol de verano a las tres de la tarde junto a un cuerpo blanquecino que a veces dejaba de temblar. Ella le necesitaba siempre, porque cuando él no estaba, lloraba con cada telediario, se le agrietaba la piel y su pelo perdía el color.

Cada día que pasaba, ella le pedía más calor, más presencia, más de su sonrisa fosforescente. Y él, al igual que la golondrina con el príncipe, acabó exhausto. De tanto dar calor, un día amaneció helado y su sonrisa fosforescente ya no estaba. Había gastado sus últimos estertores en escribir su historia, la de los dos, con besos y caricias sobre el lienzo suave de la piel de ella. Él había dado su calor por ella, le había dado su fuerza, su fosforescencia.

Esa mañana ella 
se sintió, 
de pronto, 
tan llena de vida, 
de calor, 
tan fosforescente, 
que el miedo la paralizó.


jueves, 19 de febrero de 2015

Fuego

El calor de las fiestas que no recordaremos
sigue pegado a nuestras pieles cuando se rozan,
cuando nos miramos,
cuando sé que puedes verme por dentro
y quererme hasta las cicatrices mal cosidas
y quererme hasta en las pesadillas descabalgadas.

jueves, 29 de enero de 2015

Historia de dos

Nos detenemos la mirada, 
cerca,
muy cerca, 
tan cerca, 
que no sabemos, 
nadie puede saberlo, 
qué respiración 
pertenece a cada quién. 

Nos rozamos
sin mediar palabra, 
abrazándonos los cuellos,
sosteniendo el infinito,
congelando el tiempo,
suspendiendo los relojes de arena.

martes, 27 de enero de 2015

Ensayo del tiempo.



Llegó primero la primavera con sus brisas de calor, con sus prisas al amor, llegó rompiendo los esquemas y las tempestades, y sin darnos cuenta, lo llenó todo de color.
Después vino el verano con sus promesas de infinito y sus luces cegadoras, trajo su viento fresco y pegajoso y sus luces de calor quemaron las incertidumbres que habían apresado los sueños viejos.

Al final, y sin avisar como siempre, entró el invierno. Se coló por las rendijas con las que antes jugó el sol y rompió las ventanas a medio arreglar del estío. Desaparecieron las luces de colores y el sepia del despertar. Quemó con su hielo las esperanzas que empezaban a brotar. Apagó del todo los sueños y nos dejó con las sábanas a medio atar, no pudimos escapar.

Fue sencillo y devastador nuestro ensayo del tiempo.
Primavera, verano y de repente el invierno fatal.

domingo, 25 de enero de 2015

Días a medio hacer.

Noches que no empiezan a ser.
Luces que se apagan,
sombras que no llegarás a ver.
Almas que se acaban.

Y todo gira en torno a él.

miércoles, 21 de enero de 2015

Lluvia

Si buscas lluvia,
entra en mí.
Encontrarás las tormentas de verano 
con su olor a tierra mojada, 
con su olor a miedo infantil.
Busca dentro de mí 
y te arrrastrarán las mareas 
enajenadas que atacan las pesadillas 
de los que nunca han visto el mar, 
de los que no saben nadar.
Dentro de mí está la lluvia 
cálida del primer amor, 
la brisa marina de la sinrazón, 
la ropa puesta a secar del corazón,
la ropa mojada por el desamor.
Aquí dentro,
el agua sobrante se acumula en las esquinas. 
Los rincones oscuros dejan que se hielen 
los recuerdos del verano perdido, 
en la memoria
la nieve hace acopio de abrigos 
y bufandas,
buscando su propio deshielo;
los ríos que corren dentro de mí 
buscan el mar 
chocándose 
con la misma pared 
una y otra vez, 
como los reos condenados a perpetua, 
sobreviviendo, 
buscando un fin que no quieren encontrar.

Como la lluvia al caer...


lunes, 12 de enero de 2015

Visita al futuro.

Te voy a contar tu historia antes de que pase, te voy a contar vuestra historia antes de que suceda nada, antes de que si quiera os conozcáis.  Porque puedo leerla en tus ojos, puedo verla a ella en tus ojos.
Os encontraréis nueve veces antes de veros, por fin, la una a la otra. Será en el metro de Madrid, demasiado grande para ti, controlable y ajustado a la vida de ella. Os cruzaréis esas nueve veces en distintos puntos de la línea circular, comprende que no te puedo decir más para que no la busques, si la encontraras antes de esas nueve veces todo vuestro destino cambiaría y ya no sería futuro nada de lo que te voy a contar....

El tiempo se agota, empieza a buscarla ya.
-Pero usted me ha dicho que no la busque.
El destino cambia a cada segundo, lo escribes tú con tus elecciones, escribe.

sábado, 10 de enero de 2015

Baladas de sangre.

Baladas de sangre para el corazón de los amantes que se funden en el barro de casas derruidas.
Huidas de miedo en la furia de la combustión de lo que fue, de lo seré capaz.
Jamás voy a volver a ti, a tu miedo a ser más, a tu falta de incongruencia.
Urgencia me quema la pasión y la luz de lo que fuimos.

Vivimos tiempos largos y cortos de amor y desamor,
calor a medio fuego y dulces a media noche,
coches rendidos de esperar,
besar para no pensar,

por no amar.
apagar,
callar,
¡YA!

miércoles, 7 de enero de 2015

Al futuro.

Si fuéramos tres todo estaría al revés.
Si fuéramos tres la vida sería más complicada, con más besos y más discusiones, con más miedos y más confusiones, con más vida, al fin y al cabo, con más tiempo de querer y de sufrir, con más emociones.
Si fuéramos tres te querría más de lo que te quiero y también un poco menos, por eso de compartir.
Si fuéramos tres habría cambiado mi cuerpo y tu piel, tus venas serían distintas y mi sangre navegaría a través de sus arterias.
Si fuéramos tres corazones, tres bazos, tres pasiones todo sería distinto y entre nosotros nada habría cambiado.

lunes, 5 de enero de 2015

Menú del día.

Dos primeros.
Dos segundos.
Pan, Bebida y Postre.

Dos primeros pasaron antes que tú, fueron mis dos primeros amores, los dos me rompieron el corazón, y por eso olvidé cómo comer con cuchara, dejé de leer los menús del día.
Dos segundos son los que me tiemblan los labios antes de que se abalancen sobre ti, sobre cualquier hueco de tu piel, demasiado suave para que se pueda comprender.
Pan, Bebida y Postre. En eso estamos, peleando por las migas de pan que se caen en los recovecos escondidos, bebiendo la vida en cada respirar profundo, saboreando las brisas que llegan lejanas de algún lugar que conoceremos. El Postre siempre va al final, pero yo tengo la fácil manía de comerlo a deshora, antes de los primeros, durante los dos segundos y dejando un poquito para el final.

domingo, 4 de enero de 2015

Copas de champán.

Copas tristes de champán presiden la habitación igual que cualquier político que camina por la calle, venden su color dorado al Sol, maquillan lo que pasó. Fue la noche de fin de año, se escaparon de las luces parpadeantes y de los besos a medianoche, se escaparon hasta del reloj.
+ El amor nos destrozará.
Siendo felices nunca se habrían conocido, jamás se habrían mirado por dentro ni se habrían enamorado, mucho menos se habrían enganchado con nudos indefinidos.
- Destrocemos nosotros al amor.
Una habitación de hotel con vistas a la ciudad, con vistas a la calle más transitada de aquella triste ciudad. Sumidos en el dolor empañaron hasta las sábanas, se besaron por dentro y por fuera hasta que no les quedó un trozo de piel, hasta que no les quedó ningún beso en los labios. Cuando les temblaron los bazos de tanto abrazarse tomaron la decisión fácil,
+Si fuera lo nuestro volar habríamos nacido con alas
Después de quererse hasta los intestinos no les quedaba otra opción más sencilla que la ventana a aquella transitada calle de aquella triste ciudad.
- Me da miedo volar.
+ Pues salta.

sábado, 3 de enero de 2015

El adiós.

Se enamoraron por primera vez en una noche que empezaba a amanecer.
Ella de su sonrisa natural.
Él de su mirada parcial.
Se enamoraron por última vez en un coche que dejaba de ser.
Ella de su luz apagándose.
Él de su piel rompiéndose.

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Escribo todo lo que hay aquí cuando la niebla se apodera de mi mente y se desata la poca cordura que me queda. Cuando me grita el silencio, rompiéndome los tímpanos, que murió el viento en algún lejano acantilado preso del dolor de la lluvia en sus párpados.

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