Por favor no olvides lo que fuimos ya años atrás.
Juventud quemando en la piel,
canciones que dolían en la garganta
y en el corazón,
amores fugaces
deshechos en noches de calor,
hervidos en las copas del desamor.
Fuimos cuerpos atrapados en instantáneas perdidas ya en la memoria, sonrisas llenas de vida e ingenuidad, fuimos la mitad de lo que somos ahora, la mitad de lo que nunca seremos, pero era la mitad buena, la mitad hecha de sueños alcanzables, de éxitos prorrogables, de besos que no parecían acabar.
Fuimos por entero la mitad que ahora aparece en noches de recuerdo, en tardes mirando fotos lejanas en el tiempo, fuimos la mitad que aflora algunos amaneceres de verano, la mitad que nos resistimos a enterrar, llena de errores, llena de benditos errores, de locura genuina sin pastillas ni tristezas que ocultar.
Osadía en un frasco pequeño, luces de colores, canciones desafinadas a coro y la vida era un sueño a descubrir, una terrible mentira que no comprendía.
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