lunes, 22 de noviembre de 2010

Insensatez

Sin sentido,
sin sentencia,
sin preludio,
sin escudo,
sin huída,
insensato...

Después de tres días a la luz de la Luna, por fin se curaron las cicatrices más profundas, aunque en la oscuridad del Sol algunas personas aún las podían vislumbrar para luego intentar quebrarlas de nuevo.

Perdió el sentido de su vida de tanto guardar los recuerdos en un cajón, y quemó sus deseos por la desidia de escribirlos todos en un cartón. Se desprendió de lo viejo y viajó al pasado con una manta que nadie nunca volverá a ver jamás, se desentendió del futuro. Rompió sus delirios y le pidió a alguien que se llevara lejos sus sueños, que con ellos podría volar, pero no calentarse en invierno.

Le pidió a la Luna que además de curarle las pequeñas cicatrices, se encargara también de juzgarla, le contó toda su historia, le lloró sus desamores y le cantó con canciones tristes sus melancolías más profundas, se olvidó de hablar con la Luna en las noches felices.
La Luna guardó silencio.

Cuando despertaba, con el primer rayo de Sol, tomo una decisión y desapareció.



Un día yo le encontré, debajo del sofá, dónde el tiempo se para, y me contó una historia que nadie conoce, una historia que alguien, algún día oirá....

domingo, 21 de noviembre de 2010

Crujidos

Desde siempre se empeñaba en despeñarse cada vez que saltaba más de lo normal, se desentiende de la relatividad del tiempo y olvida escribir en prosa y en verso, irá volando a la vez que tiembla aún tanto tiempo que, incluso, ella misma lo desconoce, ella, que no entendía la escasez de la droga más dura... Caminó demasiado tiempo entre flores, rompiendo a cada paso más pétalos...
Tropezó muchas veces cuesta abajo, nunca sabrá como poner el freno, ni entendería jamás cuándo fue ayer y qué es mañana...

Se deshace cuando cree que la Luna se va a esconder, se esconde bajo las sábanas y espera a que vuelva el ocaso, odiando el amanecer...

Un día perdió su cordura, y fue entonces cuando supo que nunca la había tenido...

-Ojalá existiera un libro dónde encontrar las respuestas a mis descuidos, las conclusiones de mis olvidos...

De vez en cuando se encontraba caminando por lugares desconocidos, algunos días recordaba sus sueños, y esos días vivía de ellos, los cambiaba por calor a Noviembre y más de un día se los vendió a la Luna a cambio de una noche libre...
Se vio viviendo entre lugares esterilizados, en habitaciones con vistas a la libertad, añorando siempre estar en cualquier otro lugar.
Nunca crecerá demasiado, nunca deseó volar muy alto, nunca cree que la vida es sueño... y nunca se olvidará de aquellos que cayeron en sus guerras contra la gravedad.
De vez en cuando llora, por si se le inunda el corazón, por miedo a que alguien no sepa nadar, evita que se note y guarda sus lágrimas en tarros de cristal, algunos días son tan negras que le da miedo llorar y tan sólo tiembla...
Se cree una triste optimista que sonríe con la lluvia, se piensa que un día recorrerá el mundo, quiere conocer todos los colores de piel, necesita pensar de vez en cuando, que la historia tiene por final unos puntos suspensivos...

-Por si muero...

Pero siempre hay alguien que cree que no ha perdido la cuerda que la ataba a la realidad, siempre hay quien la ata a dulces palabras, y ella se deja atar...

-Déjame decirte que no se me acelera el corazón cuando pienso en perderte, que no se descompasa mi respiración cuando pienso en que me puedas olvidar...

Siempre hay alguien que no la cree, y piensa que ella está loca de amor...

Tal vez y sólo tal vez...

Puede que tal vez te espere y puede que aparezcas y que me mires como si no hubiera nada más, nadie más.
Puede que entonces deje de escuchar el murmullo del mundo y me quede parada mirando esos ojos indefinidos y que entonces tú te acerques a mí, sin ser dueño de tus pasos, y me cojas entre tus brazos. Y puede que entonces yo me hunda en ti hasta escuchar el latido de tu corazón...
Y tal vez allí, en la estación, entre toda esa gente que viene y que va y que no sabe muy bien a dónde; puede que allí, sin que nadie nos mire, sin que nadie nos vea ni nos escuche, seamos el centro del mundo...

sábado, 6 de noviembre de 2010

Es tan sencillo como dejar que te trepanen el cráneo...

Saltar por la ventana con intenciones de dejar de volar de una vez por todas, de dejar de perderte entre las nubes que, admítelo, son sólo vapor...

O colgarte con la colada para dejar que el viento agite tus pensamientos.

Es tan fácil como tropezar al lado de un barranco...

O intentar respirar bajo el agua azul del Cantábrico, que no es frío ni templado y sólo congela los pulmones de quien se deja ahogar y no de quién quiere morir.

Olvida el miedo, como el funambulista, balancéate sobre el fino hilo de tus decisiones, y salta, sin red, es fácil.

Tan simple como correr hacia un incendio, con el propósito de convertirte en cenizas como el ave fénix...


Sólo tienes que dejar de pensar...
Dejar la mente en blanco...
Olvidar al Sol y su calor, a la Luna con sus mareas y su melancolía difusa, olvidar las sábanas deshechas y los rayos de luz de su persiana, olvidar los abrazos cálidos, el pecho de una madre, olvidar que reconforta; sólo tienes que romper todos tus recuerdos, tirarlos desde lo más alto y no ser consciente de que se rompen, pensar que nunca existieron, ignorar que alguna vez fueron...

Es tan simple como extraviar el propio recuerdo de los recuerdos...

Datos personales

Mi foto
Escribo todo lo que hay aquí cuando la niebla se apodera de mi mente y se desata la poca cordura que me queda. Cuando me grita el silencio, rompiéndome los tímpanos, que murió el viento en algún lejano acantilado preso del dolor de la lluvia en sus párpados.

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