domingo, 27 de febrero de 2011

Fase REM

Después de años en su busca, un día, de repente, cayó en un sueño del que ya nunca querría despertar.
Le costó menos entenderlo a él que a mí misma.
Siempre quise escapar a las ondas alfa y ahora sé que estoy atrapada en mi propia jaula.
Yo misma me encerré aquí y tiré la llave lejos, en un lugar al que él nunca podrá llegar, lejos de esta fase REM. Si él supiera que quiero volar lejos, en cualquier momento, él mismo me dejaría escapar aunque tuviera que desconectar su propio cerebro.
Entiende que estoy dentro de él, pero no quiere controlarme, y no quiere hacerme más grande, -sólo (quizá) más bonita, si cabe- dice su voz grave.
Yo me entretengo en el balanceo de la jaula y le cuento mis delirios que, aquí, dentro de su sueño, le parecen perfectos.
Ocurrió una vez que desaparecí, el despertó, yo que pensaba que aquello era eterno... Me pasé cientos de años esperando a que volviera a darme vida.
Me perdí su vida.
Y, hoy, ha vuelto, he vuelto, al principio no le reconocía, no me reconocí a mí misma, pero sí la jaula, esa jaula dorada, mi fase del día.
Le reconocí, rompió mi jaula y entró dentro -dijo que para quedarse- pero he vuelto a desaparecer...
Quizá me busque esta noche...






Permíteme sólo unos minutos y los estiraré cientos de noches.

jueves, 17 de febrero de 2011

Entiende que el principio es sólo una parte del final...

Y vuélvete del revés, elige un vestido por el que el viento se cuele a su antojo y suéltate el pelo. Deja que el viento desordene tus pestañas y que las lágrimas violen la ley de la gravedad.
Dale al mundo tus reflejos y deja de pensar en el qué dirán.
Regálate.
Enciende unos cuantos versos con un mechero y algún recuerdo bajo la luz de la Luna, que ya vendrá a apagarlos cualquier pareja que se enfríe en las lagunas muertas de la frivolidad.
Olvida el orden, los horarios, el dinero, las banderas, las pistolas, los telediarios, la trivialidad y mójate cuando llueve.
Aparta el paraguas para poder ver el cielo.
Comparte las sonrisas, los abrazos, las miradas, las caricias, los halagos y la complicidad.
Llora.
Sin temer que otros lloren.
Canta.
Sin miedo a desafinar.
Busca.
Los segundos que saltan por la ventana antes de que la primera gota de lluvia moje tu cara.
Quema.
Tu propio vestido sin quitártelo y salta por la ventana siendo esa estrella fugaz que cuando eras pequeña soñaste.
Y ríe a carcajadas en tu propio funeral.

martes, 8 de febrero de 2011

Desatino

Esconde los miedos en una esquina o debajo de una alfombra, allí dónde se acumule el polvo, se asusta al chocar con la fría lluvia que acomete todo lo que está fuera de sus pupilas y camina despacio.
Se ha acostumbrado a escribir en los espacios oscuros de las noche.
Se ha sometido a respirar despacio, piano, suave, pausado, sosegado, delicado, como las caricias de la luna. Las mismas que ya no recuerdan los trozos de piel de detrás de la oreja izquierda, el pedazo de justo a tres centímetros del ombligo, y el hueco dónde se esconde la sombra de los labios.
Pero prefirió mojarse a poner una barrera más entre el cielo y su cuerpo.
Le pasó una vez que se rompió hasta el estribo, se cayó desde muy alto. Entonces dejó de escuchar, perdió la voz y se le vendó toda la piel del cuerpo en sueños, como si se tratase de saliva, sin apenas darse cuenta.
Desde entonces se ha arrepentido de todas las revoluciones y los desfalcos de corazones. Se ató una bufanda blanca para ocultar los cardenales del delirio y empezó a caminar por la vida con sigilo y sin despropósitos que buscar.
Sucede que ahora, ya no encuentra el botón del desvarío ni sabe tampoco lo que es, y que ha perdido del todo el oeste guiándose por una precisa, en lugar de preciosa, brújula que le lleva a un único norte.
El punto que nunca querrá olvidar...pero tampoco recordar.

jueves, 3 de febrero de 2011

Como el resto de cuerpos que se niegan a bailar los lunes...

Pretendo quedarme en casa para siempre y dejarme morir en el sofá viendo cómo pasa mi vida ante el telediario de los días más grises.
Planeo no salir a pasear cuando llueve y si me obligan....llevaré paraguas, como el resto de cuerpos que se niegan a bailar los lunes.
Obligaré a todas las mañanas a amanecer sin luz y le entregaré mis sueños al olvido sin pedir más a cambio que un hueco en su almohada.
Me niego a intentar volar de nuevo, que el suelo es frío y la piel se me quiebra.

Decir que la lluvia me inspira será mentir, los sueños serán a partir de ahora metas factibles. Olvidaré las palabras que evoquen algo más que selección y almacenamiento en la memoria y empezaré a hablar de normas impuestas y leyes acordes a la realidad actual. No pretendo ser presentadora en el telediario de las mañanas, aún guardan alguna sonrisa en esas americanas, mientras sus televidentes fantasean con la ropa que llevarán de la mesa para abajo; pero sabré, con mis palabrerías insulsas, ingeniármelas para engañar a todos y convencer, incluso a la parte menos trágica de mí, de que he olvidado el gris y su inspiración y la manía de hablar con la luna...

Datos personales

Mi foto
Escribo todo lo que hay aquí cuando la niebla se apodera de mi mente y se desata la poca cordura que me queda. Cuando me grita el silencio, rompiéndome los tímpanos, que murió el viento en algún lejano acantilado preso del dolor de la lluvia en sus párpados.

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