domingo, 19 de diciembre de 2010

y ese puto primer momento que le regala cuando empieza a rayar el sol en las persianas...

Suave...
como ese trozo de su piel.
Y el miedo que siente cuando nota su cuerpo alejarse entre las sábanas y siente que esa vida se le escapa, que quiere, de nuevo, saltar por la ventana, para notar el suave roce de las plumas de sus alas con la lluvia que se escapa entre los renglones de las nubes.

Dulce...
como su perfume y su desdén.
Como su cuerpo y su caminar y ese puto primer momento que le regala cuando empieza a rayar el sol en las persianas.

Duro...
como esa sonrisa a medio hacer.
Como ver cada anochecer cantar a cualquiera que la bese sus canciones más profundas, contar los secretos que le esconde, besar los recovecos que en otra piel evita.

Casta...
como su mirada al amanecer.

Amargo...
como el sentimiento que deja cuando desaparece.
Como el miedo a pensar que, al desaparecer, no vaya a volver jamás por esa habitación, que su cuerpo cálido no vuelva a atormentar nunca más esas sábanas desgastadas de tantas lunas de miel. Como pensar que su cuerpo se rompa y no vaya a despegar sus labios de ningún modo ya.

Esclava...
como es de ese cuerpo ya su piel.
Como mantiene a tantos cuerpos a sus espaldas, protegiendo sus piernas y sus caderas y un trocito de su espalda.

Digno...
como los besos que se niega a dar al atardecer.
Como cada paso al pisar la noche, como cada letra que pronuncian sus labios.

Despistado...
como los besos que le roba.
Como las palabras que, a veces, grita en sueños y su mirada al despertar.

Opaco...
como los secretos que le esconde cada ocaso.
Como sus lágrimas en las tardes de domingo.

Cobarde...
como las palabras que le dedica.
Y todo lo que esconde en sus mentiras y las miradas que se empeña en contener en sus parpadeos. Como los disimulos ante las palabras de otros y los silencios que se ahogan en su garganta.

Puro...
como el primero de sus besos.
Y el hueco que él le deja cada noche en su ventana por si quiere volver a saltar...volver a volar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Datos personales

Mi foto
Escribo todo lo que hay aquí cuando la niebla se apodera de mi mente y se desata la poca cordura que me queda. Cuando me grita el silencio, rompiéndome los tímpanos, que murió el viento en algún lejano acantilado preso del dolor de la lluvia en sus párpados.

Entradas populares