miércoles, 29 de agosto de 2012

Quizá sea esta la hora de volver a enfrentarse a sus drogas y dormir la malsana intención de controlar el mundo y su propia rotación...

Puede que esta noche se cansen de ella su pluma y los silencios que deja escapar, y entonces llegue la cordura a una mente que nunca la tuvo, y ordene ésta sus silencios, para ponerlos entre sus palabras y que por fin alguien la entienda.
Puede que sea hoy cuando la Luna deje de ser su musa.
Tal vez se deshaga de las plumas porque, de una vez por todas, haya comprendido que no puede volar; quizá se le cure la locura y aprenda esta misma noche a dormir en vez de soñar.
Probablemente se esfumen sus ganas de llorar cuando llueve, si deja, definitivamente, que la sensatez acampe a sus anchas en su piel.
Si eso ocurriera, llevaría paraguas los días de lluvia, dejaría de fotografiar el tiempo, consentiría que el Sol quemara su piel de vez en cuando, permitiría a sus manos crecer, desampararía a la melancolía, dejaría de evocar los recuerdos más escondidos, zanjaría todos sus cuentos con un final feliz y se convertiría en gris su piel.
Se dejaría trasladar, a merced de la trivialidad, a la simplicidad.
Pondría por fin punto y final.

Quizá deje de reír los días de Sol también.


Puede que entonces pierda las ganas de llorar entre sus brazos y el deseo de gritar al mundo entero que la cordura la perdió hace tiempo(aún a sabiendas de que nunca estuvo la prudencia en su mente).

Puede, sin embargo, que el condicional sea lo suyo y que nunca quiera deshacerse de sus drogas, de la nostalgia y la melancolía que le aprietan y le ahogan los latidos y el aliento, pero que le dejan respirar. De los segundos que parecen no tener fecha de caducidad, de los sueños que se convierten en realidad.
La conozco, solo enfrentarse a sus miedos le hará recuperar las noches de insomnio al lado de Morfeo, los amaneceres a media luz, los besos dulces con ligero sabor amargo, su piel...

sábado, 21 de abril de 2012

Salta


Salta como si en cada salto fueras a alcanzar el cielo; como si cada vez que estás suspendida en el aire, rozaran las nubes blancas tu piel.
Salta cada noche como si fueras el relámpago de una tormenta, siempre precediendo al trueno, iluminando cielo y tierra tan sólo un instante, pero cegador.
Salta como si todos los buenos recuerdos propulsaran tus pies hacia las estrellas, a probar un cachito de Luna; salta por el puro placer de sentir la libertad, de sentir que cada centímetro cuadrado de tu piel se infecta por la suave brisa salvaje, que es la que dejan los caballos bravos al cruzar un río.
Salta como si no fueras a caer.

jueves, 12 de abril de 2012

El hilo de coser

Es tan parecido el principio al final, que puedes empezar por el último y acabar otra vez igual...sin encontrar el final del laberinto...sin saber tampoco volver al principio.
Puedes buscar en los lugares más aterciopelados la felicidad que en sueños creaste, puedes buscarla también en los bares más oscuros, o bajo pesadas mantas. Y,sin embargo; no encontrarás la felicidad ideal en otro lugar que no sea en tus sueños.
Puedes buscarLE o buscarLA debajo de puentes romanos, entre los árboles de bosques centenarios, en las miradas que te encuentras en las calles abarrotadas de los días de lluvia de las tormentas de verano...Pero sólo le encontrarás cuando dejes de buscar, como pasa con las llaves que pierdes a diario.
Puedes pensar en el principio al que nunca volverás pero sabes que no puedes dejar de pensar en el final.
Puedes descoser una a una tus cicatrices, y luego echar sal a todas para sentir de nuevo el dolor que las provocó; y, sin embargo, seguirás viendo como el final se acerca poco a poco...paso a paso, certero, pero aún despacio...
Y ese paso lento te hace temblar...

martes, 10 de abril de 2012

Conversación en un parque cualquiera.

- Si quieres un día de éstos quedamos, y nos quemamos por dentro, tomamos un café en algún bar que no siga las reglas, ni siquiera las de la gravedad, yo quiero perder contigo mi centro gravitacional.
+ Si quieres mejor, te invito a comer o a cenar, antes de ese café. Pero que sea un día de éstos, antes de que termine el mes, me muero por volver a verte, que ya tengo ganas de que me expliques porqué te gusta tanto ése libro.
- La próxima semana no tengo planes, ni esta tampoco, elijes tú dónde comer.
+ Si es la próxima semana prefiero quedar para cenar, que por las tardes he quedado para ensayar, para ensayar cómo puedo acercarme a ti y besarte. Yo me encargo del sitio. Pero ojalá fuera en tu casa.
- ¿Sabes? se me da muy bien cocinar, un día de éstos si quieres te hago una lasaña que me queda muy bien, y así estaríamos ya en mi casa.
+ ¿Y porqué no la próxima semana? Quién sabe cuándo nos volveremos a ver. Yo me encargo del postre. Aunque espero que colabores tú también.
- Sí, porque...quién sabe cuándo nos volveremos a ver...

Ensayo sobre la obsesión

No es libre
Y cree serlo.

En sus manos no está su destino. No lo quiere, se lo regaló a él.
Ahora está en la esquina más cercana a la Calle del Olvido, pero de espaldas, decidida a pasar por la estrecha callejuela de la Desesperación. Es confuso, ha empezado a malentender el amor, ahora obstinada en mantener su obsesión por él, por su cuerpo y sus ojos.
Empiezo a entender las mentiras que esconde la belleza, pues me he dado cuenta de que a veces, los ojos más bonitos han ocultado (y ocultan) las mentiras más infames, como los "te quiero" vacíos.
El primer "te quiero" que sientes que la otra persona dice de verdad. Suele ser en la más tierna adolescencia, cuando empiezas a tontear con otras personas intentando saber qué es el amor, cuando empiezas a tontear con el amor, intentando conocer a las personas.
Y cuando pasas esa tierna, contundente y convulsa etapa, te das cuenta de que sigues si saber qué es el amor. Sabes la definición de amor platónico, porque de repente oyes de alguien de hace muchos, muchos años que se llamaba Platón, y te entra curiosidad. Entiendes el amor familiar al más puro estilo mafioso. Pero no tienes ni idea de si eso que has experimentado con tu primer beso, primer te quiero, o demás primeras veces es verdaderamente amor. No tienes ni idea de lo que es el amor completo. Y no sabes si podrás reconocerlo cuando algún día pase, si es que pasa.

Y de esta ignorancia se aprovechan esos ojos inmersos en la más pura belleza. Te hipnotizan y te hablan de amor. Te enseñan que el amor es una persona, que es él (o ella), la persona que se oculta bajo esos ojos.
Y es dónde empiezas a convertir el amor en obsesión, pierdes libertad, pierdes tu libertad y te olvidas de alguna parte de ti, porque pasas a ser completamente dependiente de esos ojos, y de los secretos y mentiras que esconden. Te sientes indefensa cuando no te miran y sólo completamente guapa cuando te lo dice su boca. Pierdes parte de tu cuerpo si estás sin esa persona, tus planes su empiezan a ajustar a los suyos (y nunca al revés) y no te das cuenta de que te estás perdiendo a ti misma, porque no eres consciente y tampoco culpable de no serlo.
Estás completamente obsesionada.
Sumida en la profunda ignorancia.

Empiezas a ocultarte tras su escudo, y cuando no está, eres totalmente frágil, como el más liviano cristal.

Todos negaremos haber sido tan estúpidos como para no haber salido de esto. No todos caeremos. Pero la mayoría sabemos, aunque lo ocultemos muy adentro, que la obsesión nos poseyó algún día. Y no todos somos muy conscientes de cómo entramos en esa vorágine, ni siquiera cuando salimos.

Es tarde para decir que hemos ganado

Es tarde porque no hemos conseguido parar el tiempo, ni robar la Luna los días de luna nueva. Es tarde para cantar la canción que compusimos, ya cayó en el olvido tiempo atrás.
Ya pasó el tiempo en que jugábamos a coger mariposas, que no eran más que ilusiones de las estrellas que habían caído en la noche anterior. Se acabaron ya los días de sonrisa permanente y lo de reír por el hecho de reír. Se fueron las noches que olían a verano y a infinito.
Se fueron los monstruos de colores, y con ellos los llantos que se convertían en risas.
Se fueron otros y otras.
Y es tarde para que vuelvan.
Es tarde para que vuelvan los helados calientes, los pies pequeños, para que vuelva la ilusión vestida de Cenicienta.
Es tarde para crear sueños del barro, y venderlos luego a las tormentas de verano.

-Es tarde- esta noche escuché decir en mis sueños - es tarde para cambiar de bando, pero aún es pronto para darnos por vencidos.-

jueves, 12 de enero de 2012

quizá...


con una sola mirada...
quizá sea sólo eso, con la más efímera de las miradas...que parece eterna en su parpadear...enloquezco y sonrío de camino a Nunca Jamás, conduciendo sin saber muy bien por dónde, temblando sin tener muy claro el porqué...
puede que sea la más pequeña de las caricias, o el roce de labios más sutil...pero me pierdo sin poder remediarlo, sin querer evitarlo...
quizá sea la más corta de las palabras o puede que la más larga, la más eterna...esa que me hace dormir sin necesidad de soñar...

puede que quizá sea como tal vez soñamos...

las-palabras-más-difíciles-de-pronunciar-tienen-su-efecto-sobre...

aquellas palabras más frías y cálidas y pálidas, aquellas palabras que alguien dijo una vez, sin querer, se cuelan hoy por debajo de mi puerta y se esconden en lo mullido de mi almohada...no me leas ni me escuches (dicen todas ellas a la vez)...y yo, empeñada en despensar...obedezco...
y entonces en un descuido, en algún suspiro de un llanto, las respiro (que es más que leer o escuchar) las respiro... y me hacen temblar....






...un-trocito-de-inmensidad.

The exit

Re-enloquecer es la única salida.
Dejar de darse por vencida -le dije-. Evitar los tramos secos del camino, saltar en mitad de los charcos. 


El final es siempre el primer paso del principio. +Inventemos el nuestro.+


Re-inventarse de dentro a fuera. 
Las flores del camino florecerán a tu paso -le susurré-.
Su sonrisa se empieza a vestir de color (de nuevo), con la Luna iluminando cada paso de este camino. 
¡Dos ruedas!


Re-empezarán.


+Te busqué tanto tiempo...+ le llegan palabras del destino...




Y qué si le apetece saltar por la ventana para probar sus alas?
Y qué si le da por caer en el suelo para probar a levantarse, sola esta vez?
Y qué si le da por no dormir hasta que la ilumine el Sol?
Y qué si decide que ya está bien de parecer y empieza a ser?
Y qué si se viste del color de su corazón?
Y qué si se desviste?
Y qué si empieza a agitarse y a gritar en su libertad?
Y qué si le da por romper los cristales de su prisión?
Y qué si le da por cantar a gritos dentro del coche?
Y qué si decide emborracharse para acordarse del desvelo?
Y qué si se compromete con la Luna de nuevo?
Y qué si le apetece sonreír de nuevo?

miércoles, 11 de enero de 2012

Carta de Despedida


Disculpa mis disculpas, las palabras tristes no suelen sentar muy bien.
Perdona mis "lo siento" que bajo el manto del invierno duelen más.
Pero limítate a escucharme, porque no volveré a repetirlo.

Te pido perdón por besarte a quemarropa y por hacer de cada roca en el camino una ilusión, y que fuera tuya esa ilusión. Perdón por engañarte y decirte que no me dolía, que eras tú quién partía.
Disculpa mis abrazos, quizá algunos intentaban ahogarte, quizá otros intentaban que te quedases allí para siempre. Nunca comprenderé la palabra siempre.
Lo siento por las caricias que quemaban y por los besos que dejaban cicatrices, el viento las irá mitigando hasta que desaparezcan y ni siquiera yo las recuerde, ni siquiera tú.

Perdóname también por quejarme al decir que perdía peso por ti, por fingir que mis huesos rotos eran culpa tuya, por pretender que tú me habías empujado por las escaleras cuando yo tropecé, tantas veces (torpe de mí), y por mis quemaduras y morados que no supe ocultar bien, perdóname también.

Perdóname por salir de casa sin ti, por acicalarme para otros, por tener amantes inexistentes, por parir hijos tontos, por gritar cuando les pegabas, por llorar cuando no tenía voz, por no saber aguantar los golpes, por ser débil, fea, tonta, imbécil, por ser una inútil y no saber cocinar, por tener la casa sucia y traer invitados, por no usar maquillaje o usarlo demasiado, por las faldas cortas cuando éramos novios, por acusarte de estar con otras, por hacerte beber demasiado (porque sino no habría forma de estar conmigo).

Te pido perdón por todo lo pasado.

Porque no volveré a pedirte perdón.






sábado, 7 de enero de 2012

Conversación entre un médico y aquel ángel caído

-Pregúntame cual es la causa de mi sonrisa.
+¿Para qué?
-Pregúntamelo.
+Está bien, ¿cuál es la causa de tu sonrisa?
-Me siento tan libre que lo soy.
+¿Eres libre?
-Libre y atada por siempre al amor
+Entonces no eres libre.
-Me siento libre...
+Pero si estás desgastada, tienes el corazón cansado de latir, ojeras, cada vez sobresalen más tus huesos y estás perdiendo fuerza en los brazos... Estás demasiado atada al amor, pequeña.
-Soy libre... El amor mueve las fronteras.
+Y es causa de suicidios.
-Los besos curan heridas.
+Es la saliva. Además miles de asesinatos pasionales demuestran que no es buena tanta dependencia.
-Eso es lo contrario al amor.
+Pero...
-Doctor, tengo el corazón fuerte ¿a que sí?

Lejos de Madrid

Me encanta la gente única, pero no única como somos todos, sino esa gente que sólo se deja llevar por sus principios más ocultos, será que hoy estoy bajo los efectos de un relajante muy fuerte o será el sonido de la música antigua la que me lleva a no dejar de exponer una letra tras otras como si de verdad formaran palabras que quisieran ser frases.

El caso es que la gente única, aquella con objetivos simples y mundanos como ver atardeceres o leer libros después de media noche me inspiran.
O quizá sea que me encanta imaginar lo que se esconde detrás de cada ventana que oculta una luz tenue, me hace pensar en que detrás de esa ventana con cortinas cobrizas se esconde una pareja que es capaz de mantener su completa soledad, escondido uno tras el último libro de neurociencia divulgativa  y el otro completamente alejado inmerso en el mundo de Macondo, con la única compañía de algún disco que compraron juntos. El uno lee bajo una luz blanquecina de bajo consumo y el otro bajo una luz más tenue que le recuerda a aquella con la que él imagina que escribían los escritores hace años.

La cuestión extraña que me convence de que debería vivir de noche es, que mientras todos descansan para el duro día, yo combato con la Luna las embestidas de los fantasmas melómanos que se empeñan en cantarme al oído aquellos cuentos de los trovadores más antiguos. Combatimos a capa y espada. Piel con piel. Intentando cada noche intentar llegar a una nube más alta mediante mi escalera de cajones. Pero de vez en cuando me entretienen los trovadores fantasmagóricos y me envuelvo en sus canciones pensando que ya habrá tiempo de llegar a la Luna, y me quedo a oír sus cantos. El problema que me acoge entre sus brazos entonces, es que no siempre traducen sus cantos a mi lengua y esos "entonces" me quedo mirándoles e imaginando las historias que me quieren enseñar. Esta noche me pasa eso y me viene a la cabeza una historia nueva.
Hay una "ella" que busca la libertad fuera de ella, busca escapar de otros, realmente (dice el trovador en la lengua actual inglesa, que poco o nada tiene que ver con él) -quizá sea parte de mis delirios-  she is the one. Y lo que ella busca son otras palabras que la convenzan de la infinidad de los versos, que últimamente se ven apartados de lo que ella cree, son mentes jóvenes. En su escapada en busca de la libertad encuentra un huerto cercado por alambres, pequeña jaula de judías, piensa sin saber realmente lo que piensa. Va cayendo el Sol, sube una pequeña montaña y ve como el Sol se aleja con un movimiento estático y sin decir adiós. Poco a poco la Luna va robando el color a las cosas y empieza a ver en tonos grises.
Ella piensa en los colores que ahora no puede apreciar, piensa en los mundo que ya comenzaba a imaginar cuando apenas había aprendido a multiplicar. Piensa mientras camina, a la vez que cae la noche. El viento le agita el pelo y se siente una Pocahontas en Europa. Le viene a la cabeza, junto con el viento la libertad que buscaba. Y la brisa de invierno le recuerda que es hora de volver a casa.
El trovador me mira sin que yo pueda llegar a verle del todo y dice algo en aquel idioma que hoy traducen mis delirios al inglés -between us-



Esta noche tampoco llegaré a la Luna.

Datos personales

Mi foto
Escribo todo lo que hay aquí cuando la niebla se apodera de mi mente y se desata la poca cordura que me queda. Cuando me grita el silencio, rompiéndome los tímpanos, que murió el viento en algún lejano acantilado preso del dolor de la lluvia en sus párpados.

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