Quise salir de aquí y me perdí en un mar de luces que no iban a ninguna parte, como yo.
Me perdí en la última luz del amanecer.
Y allí, perdida, entre tanta oscuridad a pleno Sol de mediodía, encontré lo que no sabía que buscaba.
La encontré.
Era dulce y rebelde, como la brisa marina en invierno.
Era fuerte, como un vendaval de otoño con los colores repartidos por la ciudad.
Me llevó a la oscuridad más profunda y me ayudó a derribar montañas y muros a vencer miedos y desatar nudos, a romper con lo que había sido, a romper con los monstruos que sólo me traían colores oscuros y flores raídas.
Me liberó de los golpes, de los gritos, de las espaldas moradas y los ojos maquillados.
Me libró de volver atrás.
Me encontré fuerte y rápida como animal salvaje.
Escapé de su ciudad
y su casa
y su vida
y su olor
y su dolor
y su mía.
Me enfrenté a los días a solas con los brazos magullados y a las sombras vacías también.
Dejé de ser su niña, su diosa, su esposa, su flor marchita, su todo, su nada, su mierda, su luz, su torpe niña tonta, su sobriedad, su parachoques, su defensa, su fallo y su esclava.
Dejé de ser su todo para ser mi misma.
Cuando la encontré, después de días huyendo de él y de mí misma, me sorprendió la sonrisa en el espejo.
Amarras rotas, ventanas abiertas, luz en la mirada.
Cosí las cicatrices, me vendé las heridas que aún sangraban.
Salí a bailar, a correr, a gritar, a saltar.
Me fui de lo que era.
Cuando te encontré, no me dí cuanta que era yo misma con la fuerza guardada en las bolsas de los ojos, en los morados que no terminaban de curar, no me di cuenta de que era yo misma con un futuro, no me di cuenta que el mar era un espejo y sólo tenía que romperlo y encontrarme de nuevo.
Encontrar mi libertad,
mi fuerza,
mis ganas de gritar,
mi valentía,
mi dulzura,
mi caminar,
mis labios rosados,
mis manos suaves,
mi piel sin tonos morados ni amarillos,
mi sonrisa.
mi vida.
Me encontré.
martes, 25 de noviembre de 2014
lunes, 24 de noviembre de 2014
domingo, 23 de noviembre de 2014
Mi secreto de revolución.
Tengo sueños acumulados en un cajón, por miedo a que se me vayan a olvidar; tengo una hoja en blanco y muy poco que contar.
Pero yo no me diferencio de ese nazi rezagado, ni de una multinacional, yo soy, más que nadie como ellos, porque soy capaz de escribirlo, pero sólo en mi portátil, de dónde quizá nunca salga.
Pero tengo un folio en blanco.
Las noticias me recuerdan que tengo también agua caliente para malgastar, que puedo respirar, y que tengo miedo a engordar. Me venden unas pastillas para la lucha, otras para la evasión, un poco de alcohol y alguna dieta que me lleve a la esclavitud moderna. Y de paso, me calman el ánimo, me ayudan a pensar en mis problemas y a ser el centro del universo.
Por fin me puedo quejar, y es que tengo un ordenador barato y que pagar el puto alquiler mañana o quizá pasado, además tengo que coger el folio en blanco, que no soy capaz de rellenar, y ponerme a estudiar, quizá cene más tarde, esa es una elección que puedo tomar. Mientras tanto puedo pasearme a 20 grados por este piso barato mientras fuera, en la calle invernal, alguien morirá hoy.
Veo las noticias y hay algo nuevo, llegan brisas con restos de revolución, más muertes, más crisis, menos ropa, más frío...
Y no me atrevo a publicar esto por miedo a mi misma y a ser capaz; o no serlo, de escribir algo más que sentimientos que calan hondo, algo que vaya más allá, como esa desesperación que me causa la falta de esperanza en África y la falta de tiempo en Madrid.
Mientras el tiempo pasa, muere en cualquier ciudad inmersa en el invierno, otro mendigo más, que no es noticia, puesto que si su vida para él tenía poco valor, para los medios menos, pero Elsa Pataki tiene nuevo anuncio y a eso le dedican medio día, y el resto de día se ocupa en el deporte, inevitable. Nos venden caras las mentiras, y compran baratas algunas noticias que nos causen buena impresión, que nos dejen caliente el corazón, a la temperatura de mi calefacción.
Que luego viene una buena noticia: un español en áfrica ha conseguido instalar unas cuantas placas solares a muy bajo precio, mala noticia, ya harán algo las multinacionales para acabar con ese negocio tan "lucrativo" para él, estoy segura, o puede que quizá regalen más sobras al tercer mundo para así dar trabajo a niños desnutridos....y alguna que otra enfermedad, o puede que algún nazi rezagado en el tiempo esté ya en áfrica "ayudando" con nuevos medicamentos a niños negros, para probar alguna nueva pastilla para adelgazar, la pastilla que antes mate de hambre será la que gane el proyecto y después ya podrá probarlo en monos en alguna gris ciudad europea...
Mientras el tiempo pasa, muere en cualquier ciudad inmersa en el invierno, otro mendigo más, que no es noticia, puesto que si su vida para él tenía poco valor, para los medios menos, pero Elsa Pataki tiene nuevo anuncio y a eso le dedican medio día, y el resto de día se ocupa en el deporte, inevitable. Nos venden caras las mentiras, y compran baratas algunas noticias que nos causen buena impresión, que nos dejen caliente el corazón, a la temperatura de mi calefacción.
Que luego viene una buena noticia: un español en áfrica ha conseguido instalar unas cuantas placas solares a muy bajo precio, mala noticia, ya harán algo las multinacionales para acabar con ese negocio tan "lucrativo" para él, estoy segura, o puede que quizá regalen más sobras al tercer mundo para así dar trabajo a niños desnutridos....y alguna que otra enfermedad, o puede que algún nazi rezagado en el tiempo esté ya en áfrica "ayudando" con nuevos medicamentos a niños negros, para probar alguna nueva pastilla para adelgazar, la pastilla que antes mate de hambre será la que gane el proyecto y después ya podrá probarlo en monos en alguna gris ciudad europea...
Pero yo no me diferencio de ese nazi rezagado, ni de una multinacional, yo soy, más que nadie como ellos, porque soy capaz de escribirlo, pero sólo en mi portátil, de dónde quizá nunca salga.
nadie nunca lo leerá, morirá conmigo, mi secreto de revolución.
No pasa nada, me consuelo sabiendo que no puedo hacer nada.
viernes, 21 de noviembre de 2014
En el suelo.
Suelo pensar, cuando no estás.
Suelo pensar que dependo de ti y luego querer borrarte de mi mente.
Suelo recordar en las tardes frías y oscuras de domingo, cada instante compartido con la Luna, y suelo necesitar llorar.
Suelo estar sola y me gusta estremecerme a mí misma pensando que rozas mi piel.
Suelo estar sola y me gusta estremecerme a mí misma pensando que rozas mi piel.
Suelo anhelar tu ausencia.
Suelo sentir que necesito tu frío en mi mente, y tu calor en mis labios.
De vez en cuando pienso en saltar al vacío a tu lado.
Suelo sentir que necesito tu frío en mi mente, y tu calor en mis labios.
De vez en cuando pienso en saltar al vacío a tu lado.
Suelo pensar que dependo de ti y luego querer borrarte de mi mente.
Suelo gritar al viento por la ventana que como no vuelvas mañana, le haré compañía a la Luna de plata desde el fondo del cauce de algún río.
Suelo pensar en pegarme a tu espalda y no querer separarme más
Suelo desear demasiado la ausencia de tu ausencia...
Suelo deshacerme, hasta estar en el suelo.
Suelo deshacerme, hasta estar en el suelo.
martes, 18 de noviembre de 2014
Echando cuentas
La luz de la calle entra rompiendo el sueño de anoche, la añoranza, la torpeza, la fragilidad del amor. Y tú te entretienes en tus suspiros de placer, en los miedos que atan tus pies.
Nunca fuimos dos, no nos bastó el ayer. Te perdiste en los vagos momentos de mis recuerdos como si de un desahogo se tratase, como las almas perdidas se deshacen en gritos en las casas malditas, con fe y desazón, con sonrisa y temor. Tus ojos nunca fueron los que ahora me miran.
Perdiste esos ojos.
Perdiste esa mirada.
Perdiste las miradas.
Perdiste la Luna y sus amaneceres. Perdiste en algún cajón mis amaneceres también. Perdiste el dolor y las caídas.
Perdiste la pérdida.
Al ganar perdiste lo que había de bueno en la competición.
domingo, 16 de noviembre de 2014
Si quieres.
- Si quieres un día de éstos quedamos.
Por dentro le tiembla la voz.
+ Ya te llamaré.
Siempre la misma frase, sé que no tiene mi número, vuelvo a venderme a la mitad, y nadie aparece para recoger mis despojos...
Si quieres un día de éstos quedamos y nos entregamos al amor, y de paso nos fundimos, te permito cortarme las alas y te regalo mi ajado corazón, te regalo todo lo que tengo, te entrego mi vida, aunque apenas tres cuartos de la tuya lo valga...
sábado, 15 de noviembre de 2014
viernes, 14 de noviembre de 2014
M
Mi nombre es la melodía que marca el ritmo del tiempo, cada día un nombre, cada día un ritmo. Hoy es al ritmo de la lluvia incesante y mañana estará un poco más desgastado.
Soy pequeña y suelo vivir muy cerca del suelo, aunque a veces vuelo superando mi acrofobia intermitente. Canto sin voz los días de Sol y grito al amanecer ¡que se pare el tiempo!
Leo sin poder evitarlo hasta atragantarme con vocablos en desuso.
Lloro con las noticias de la noche, porque triplican la tristeza del mediodía.
Los días de Luna y desolación, me calmo con recuerdos y vasos de ron, pero solo me cura el amor.
Soy pequeña y suelo vivir muy cerca del suelo, aunque a veces vuelo superando mi acrofobia intermitente. Canto sin voz los días de Sol y grito al amanecer ¡que se pare el tiempo!
Leo sin poder evitarlo hasta atragantarme con vocablos en desuso.
Lloro con las noticias de la noche, porque triplican la tristeza del mediodía.
Los días de Luna y desolación, me calmo con recuerdos y vasos de ron, pero solo me cura el amor.
miércoles, 12 de noviembre de 2014
te hice pedazos
Te enseñé a volar y aprendiste a romperte en los domingos que no terminan de acabar.
Te vendí y compré los fines de semana, los lunes te aborrecía y te inventé los jueves con las primeras luces del día.
Te robé la luz también.
Te partí las partes a compartir.
Te rompí en trocitos lejanos
y lo hice conscientemente.
lunes, 10 de noviembre de 2014
Futuro.
Nos perdimos en un mar de amor, en un delirio de después.
Nos morimos para renacer.
Nos vimos llenos de vida, con los ojos grises y el pelo opaco, con amaneceres en la cabeza y barro en los pies, con fuego en la cama y vendavales en los brazos, con la tristeza consumida por el chirriar de las puertas abiertas.
Nos vimos comernos y saborearnos.
Nos vimos brillar los días mortecinos.
Nos vimos vivir.
Nos vimos amar hasta doler.
Nos vimos azules y sofocados, llenos de miedo y asustados. Nos miramos con la amargura de los años pasados, con la pesadumbre de los días olvidados.
Nos vimos gritando y ensombrecidos.
Nos vimos lejos, estando ligados.
Dejamos de vernos.
Dejé de verte.
Dejaste de verme.
Nos morimos para renacer.
Nos vimos llenos de vida, con los ojos grises y el pelo opaco, con amaneceres en la cabeza y barro en los pies, con fuego en la cama y vendavales en los brazos, con la tristeza consumida por el chirriar de las puertas abiertas.
Nos vimos comernos y saborearnos.
Nos vimos brillar los días mortecinos.
Nos vimos vivir.
Nos vimos amar hasta doler.
Nos vimos azules y sofocados, llenos de miedo y asustados. Nos miramos con la amargura de los años pasados, con la pesadumbre de los días olvidados.
Nos vimos gritando y ensombrecidos.
Nos vimos lejos, estando ligados.
Dejamos de vernos.
Dejé de verte.
Dejaste de verme.
domingo, 9 de noviembre de 2014
Que bailes conmigo
Dame tranquilidad y tu respiración, necesito tu ganas de despertar por las mañanas y la forma en que me miras con mi primer parpadeo...Necesito que archives mi caos, que ayudes a mi corazón a palpitar más a menudo, verte distraído, que fuerces mi mirada para que pueda ver el futuro, que me presentes en tus sueños como la chica que te cuida y esconde bajo sus faldas...que me enseñas la manera de encontrar en el diccionario las palabras perfectas para decir, en cada momento, lo que necesitas escuchar, necesito que me escuches y me hagas llorar... necesito que me cuides y acunes mis sueños,que congeles los besos que nos dimos en el recuerdo de otros anteriores, que bailes conmigo (aunque no sepas bailar).
viernes, 7 de noviembre de 2014
Ellos
Se reconocieron en la primera mirada de la primavera.
Sufrieron pegados el calor del verano.
Se enfriaron por dentro reos del invierno.
Pero los otoños se besaban las cicatrices del año gastado, se apagaban las brasas de los miedos y quemaban las dudas en tierra mojada.
Sufrieron pegados el calor del verano.
Se enfriaron por dentro reos del invierno.
Pero los otoños se besaban las cicatrices del año gastado, se apagaban las brasas de los miedos y quemaban las dudas en tierra mojada.
miércoles, 5 de noviembre de 2014
Tu ciudad
Tan difícil como perderse en un mapa o encontrarse en tu ciudad.
Tan triste como dulce fue lo que tuvimos los dos.
Amor a medio hacer. Como las luces de neón que adornaban tu pared, la de los recuerdos para el futuro. Lo recuerdo bien. Te perdí antes de encontrarte. Tú, en cambio, jamás llegaste a buscarme. Me encontraste sin más; como quien encuentra un billete pequeño en un día malo. Del modo que suceden las cosas buenas que nunca llegaste a creer.
Recuerdo bien el principio difuso y claramente cómo acabó.
Se acabó como empiezan las cosas buenas, con besos a medio fuego y un dulce amanecer.
Tan triste como dulce fue lo que tuvimos los dos.
Amor a medio hacer. Como las luces de neón que adornaban tu pared, la de los recuerdos para el futuro. Lo recuerdo bien. Te perdí antes de encontrarte. Tú, en cambio, jamás llegaste a buscarme. Me encontraste sin más; como quien encuentra un billete pequeño en un día malo. Del modo que suceden las cosas buenas que nunca llegaste a creer.
Recuerdo bien el principio difuso y claramente cómo acabó.
Se acabó como empiezan las cosas buenas, con besos a medio fuego y un dulce amanecer.
lunes, 3 de noviembre de 2014
Después de la sonrisa.
Te sientes sobria, tonta, maleducada, triste, avergonzada, lúgubre, deplorable, lamentable, incluso trágica.
Después de la sonrisa.
Sabes que nada volverá a ser cómo esa primera sonrisa, que nadie llenará su vacío ni entenderá su risa, sabes que nadie te hará reír de la misma manera.
Sabes que nadie te podrá herir de la misma manera.
Después de la sonrisa.
Llega la calma.
Después de la sonrisa.
Llega la cama.
Y las noches que no volverán, los gemidos de miedo y causalidad, los miedos con olor a cerrado y a humedad, las luces de neón y su ingenuidad.
Después de la sonrisa.
No queda nada.
Después, la sonrisa.
Después de la sonrisa.
Sabes que nada volverá a ser cómo esa primera sonrisa, que nadie llenará su vacío ni entenderá su risa, sabes que nadie te hará reír de la misma manera.
Sabes que nadie te podrá herir de la misma manera.
Después de la sonrisa.
Llega la calma.
Después de la sonrisa.
Llega la cama.
Y las noches que no volverán, los gemidos de miedo y causalidad, los miedos con olor a cerrado y a humedad, las luces de neón y su ingenuidad.
Después de la sonrisa.
No queda nada.
Después, la sonrisa.
sábado, 1 de noviembre de 2014
Locura mental transitoria.
Palabras y más palabras, las unas pisándose a las otras, uno escucha mientras la otra habla y luego será al revés, en medio alguna lágrima, siempre hay lágrimas en estos casos; y él diciéndole, no llores por favor. Mientras el dolor se infiltra por los poros de la piel y llega al bazo, que es dónde más duele.
Ella le mira a los ojos, y siente que le quiere, que no sabría cómo dejar de hacerlo y le ve tan guapo entre lágrimas (es una cosa suya, de ella, ver belleza en la tristeza más pura, en la desolación). Intenta hablar.
Pero no puede, las lágrimas se le atragantan.
Cierra los ojos y le besa.
Ella le mira a los ojos, y siente que le quiere, que no sabría cómo dejar de hacerlo y le ve tan guapo entre lágrimas (es una cosa suya, de ella, ver belleza en la tristeza más pura, en la desolación). Intenta hablar.
Pero no puede, las lágrimas se le atragantan.
Cierra los ojos y le besa.
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- emme García
- Escribo todo lo que hay aquí cuando la niebla se apodera de mi mente y se desata la poca cordura que me queda. Cuando me grita el silencio, rompiéndome los tímpanos, que murió el viento en algún lejano acantilado preso del dolor de la lluvia en sus párpados.
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Camina, hasta que el mundo se acerque. O camina, hasta que te alejes del mundo. #literatura #leer #camina #vivir